El casco antiguo de Niza o “Vieux Nice” es una maraña de casas color pastel, antiguas iglesias y estrechas callejuelas. Sus calles están llenas de tiendas y restaurantes, placitas y cafés llenos de gente. Nada mejor que dedicar un día de la visita a este barrio lleno de encanto y perderte por sus encantadoras callejas o sentarte en una terraza de alguna de sus plazas para observar a la gente. Aquí viven todavía muchos nizardos y, si alzas la vista, verás cuerdas de la ropa que van de uno a otro balcón y vecinos que charlan por la ventana.
El casco antiguo de Niza se encuentra entre la Colina del Castillo y el centro de la ciudad, a una manzana de la playa y del Quai des Étas Unis, el paseo marítimo que hace de prolongación del Paseo de los Ingleses. Tras cruzar unos antiguos arcos, llegarás al mercado al aire libre de Cours Saleya, que está rodeado de cafés y restaurantes. Abre todas las mañanas y en él se pueden comprar productos frescos y flores de la región, excepto los lunes, cuando se transforma en rastrillo. Si quieres evitarte aglomeraciones y comprar cuando lo hacen los lugareños, lo mejor es venir temprano.
Los restaurantes de la zona sirven especialidades locales, como la “salade niçoise”, la famosa ensalada nizarda, o la “pissaladière”, una torta de anchoas y cebolla. Si te aventuras por los callejones, encontrarás restaurantes más pequeños y menos llenos. Para disfrutar de un helado, ve a la Place Rosetti y ponte a la cola en Fenocchio, la heladería más popular de la ciudad. Al otro lado de la plaza se encuentra la Catedral de Santa Reparata, construida en 1699 y caracterizada por su imponente fachada barroca. Adéntrate en su interior para admirar el cuadro de “La Gloria de Santa Reparata” y reliquias.
El Palais Lascaris, enclavado en la concurrida Rue Droite, es uno de los mejores ejemplos del barroco de la ciudad. El palacio se construyó entre los siglos XVII y XVIII y se ha reconvertido en museo, que es gratuito y abre todos los días, excepto los martes.
La mejor forma de explorar el casco antiguo es a pie. Mejor olvídate de conducir, ya que muchas de las calles son muy estrechas, de un solo sentido o peatonales. El transporte público de Niza, como los tranvías y autobuses, comunica con el casco antiguo, pero no se adentra en el barrio. La zona es lo suficientemente pequeña como para recorrerla a pie de una punta a otra en cuestión de minutos. Para verlo entero, hay que dedicar como mínimo medio día.