Aunque el castillo de los Moros ha quedado reducido a ruinas, todavía destaca entre los bosques de las montañas de Sintra. Cuando llegues a la cima de la colina, explora los muros de piedra fortificados y las precarias murallas de estas ruinas. Además, podrás disfrutar de unas vistas fantásticas de las colinas de la sierra de Sintra que rodean el castillo y del océano Atlántico.
Te recomendamos que leas la historia del castillo antes de visitarlo para situar las ruinas en contexto. Los moros construyeron esta estructura en los siglosVIIIyIX, que posteriormente conquistaron los cristianos en el año1093. Sin embargo, la conquista fue solo temporal, ya que los moros recuperaron el control de la fortaleza al año siguiente. En 1147, los cristianos regresaron una vez más y tomaron el castillo, esta vez para siempre.
Durante los siglos siguientes, el castillo cayó en el abandono, tras varios desastres naturales, incluidos un terremoto y un incendio provocado por un rayo, lo que aceleró su proceso de deterioro. En el sigloXIX, el rey FernandoII tomó posesión del castillo y comenzó a estabilizar y restaurar partes clave del complejo. Mientras paseas por la estructura actual, ten en cuenta que gran parte de lo que ves es gracias al proyecto de restauración de FernandoII durante el sigloXIX.
El castillo se encuentra en una colina a unos 400metros sobre el nivel del mar. Debido a su elevada posición, el sitio ofrece unas vistas increíbles de la región que lo rodea. Desde las murallas del castillo se puede ver el océano Atlántico en la distancia. En una colina cercana se encuentra el colorido palacio de la Pena.
Antes de irte, dedica un tiempo a explorar el centro de visitantes. Puedes comprar un recuerdo en la tienda o tomar algo en la cafetería mientras algún miembro del personal te explica los proyectos de restauración más recientes.
El castillo de los Moros es una visita imprescindible en los viajes a Sintra, ubicado a unos cuatro kilómetros de la ciudad. Hay varias formas de llegar a este espectacular castillo. Si te sientes en forma, recorre a pie el empinado sendero que sube por la ladera y disfruta de los espléndidos jardines que te encontrarás por el camino. Otra opción es coger un autobús o un autorickshaw.