Si viajas a Katmandú, no te pierdas el animado centro histórico de la ciudad, donde descubrirás excelentes muestras de arquitectura antigua, estatuas de deidades y algunos de los lugares religiosos más sagrados del país.
La plaza Durbar de Katmandú se encuentra en el centro histórico de la ciudad, entre impresionantes muestras de arquitectura, como antiguos palacios, templos, patios y santuarios. En su día, esta plaza constituyó la sede del poder de la ciudad y fue el lugar de residencia de los reyes de las distintas dinastías que gobernaron el país. Admira la magnificencia arquitectónica de este lugar repleto de estatuas antiguas y visita el hogar de una diosa viviente.
La mayor parte de la plaza Durbar de Katmandú es anterior al siglo XVIII, aunque algunas zonas se restauraron tras el terremoto que azotó la ciudad en 1934. Esta plaza es un lugar sagrado al que acuden peregrinos budistas e hinduistas.
Aquí encontrarás docenas de sofisticados templos y coloridos santuarios, muchos de ellos adornados con intrincadas tallas en madera. Visita el palacio de Hanuman Dhoka, un enorme complejo que, en otra época, fue la residencia de la realeza. Recorre la gran cantidad de edificios y patios que conforman este recinto, admira las puertas talladas de la torre de Basantpur y contempla la estatua del dios mono, al que está dedicado el palacio.
Admira las esculturas eróticas del templo de Jagannath y alza la vista para ver la gran estructura de tres plantas del templo de Taleju. Este santuario hindú no está abierto al público, pero vale la pena reservar algo de tiempo para admirar su majestuosa estructura exterior.
Visita la casa de Kumari, donde reside la diosa viviente Kumari Devi. Las kumaris se eligen cuando todavía son bebés y los devotos las consideran encarnaciones de una diosa hindú. Ostentan este papel hasta que alcanzan la pubertad.
No te pierdas el templo de Kasthamandap, considerado la estructura más antigua del valle de Katmandú. Este edificio de tres plantas data del siglo XII y, según la leyenda, se construyó con la madera de un solo árbol.
La plaza Durbar de Katmandú, situada en el centro de la ciudad, está a poca distancia a pie de otras atracciones importantes, como el parque Ratna o el barrio de Thamel. Si no te apetece caminar, puedes coger un rickshaw o un taxi hasta una de las entradas de la plaza.
La plaza Durbar de Katmandú rebosa actividad durante todo el día. El precio de la entrada es muy económico y se puede adquirir en cualquiera de los puntos de acceso. La entrada incluye una visita al Museo Tribhuvan, que se encuentra dentro del palacio de Hanuman Dhoka. Puedes adquirir un pase para varios días en la oficina turística del extremo sudeste de la plaza.