Hoteles históricos en Jávea

Probablemente ya estés pensando en recorrer los lugares históricos durante tu estancia en Jávea. ¿Por qué no aprovechas tus días en este destino par admirar sus jardines?

Youth Hostel Jávea es una de las mejores opciones si te interesa la historia.

Jávea ofrece 1972 alojamientos que puedes reservar en Expedia, pero no cuenta con muchos hoteles catalogados como históricos.

Jávea goza de especial popularidad por contar con espacios tan atractivos como Faro Cap de la Nau. La belleza natural de la ciudad se muestra en todo su esplendor en sitios como estos: Playa de Jávea, Playa del Arenal y Bahía de Jávea. Puedes añadir estas dos paradas a tu itinerario: Puerto de Javea y Playa La Granadella.

Si eliges un hotel histórico, podrás dormir en un sitio reconocido por su importancia histórica. Un palacio, un castillo, o incluso una antigua comisaría o una taberna pueden catalogarse como hotel histórico, siempre y cuando tengan cierta importancia. La arquitectura tradicional o la decoración de época que generalmente se conserva en los espacios comunes o en las habitaciones de los hoteles históricos de Jávea es lo que les aporta un carácter particular.

“Hotel patrimonial” es un término frecuente en algunas regiones, mientras que en otras se prefiere “hotel histórico”, aunque ambos son bastante parecidos. La arquitectura y el propio edificio son lo más importante de los hoteles históricos. En el caso de los hoteles patrimoniales, el foco está en su valor cultural y su contribución a la comunidad.

En el interior del hotel encontrarás los servicios modernos y las medidas de seguridad que necesitas, aunque se haga todo lo posible por conservar la decoración tradicional y las fachadas originales. Los servicios e instalaciones que se pueden esperar de un hotel, como habitaciones privadas con baños cómodos, calefacción, aire acondicionado y conexión a internet de alta velocidad, también suelen estar disponibles en los hoteles históricos. No temas, reservar un hotel histórico en Jávea no significa alojarse en un lugar incómodo o anticuado.