Tras la modesta fachada de estuco de la iglesia de San Pedro te espera una impresionante muestra de arte religioso. El edificio, cuyas paredes están cubiertas casi por completo de lienzos, murales y ornamentos, recibe el nombre de la "capilla Sixtina de los Andes".
La iglesia actual se construyó entre 1688 y 1699 sobre otra iglesia anterior destruida por el terrible terremoto que asoló Cuzco en 1650. Una vez dentro, deja que tus ojos se acostumbren a la profusa muestra de obras de arte en sus marcos bañados en oro. Después, tómate tu tiempo para admirar las obras. Empieza observando la fuerza y expresividad de los dos murales de la entrada principal. Obra del pintor peruano del siglo XVII Luis de Riaño, representan el camino al cielo y el camino al infierno.
Mientras contemplas las imágenes de santos y escenas religiosas, fíjate también en los cuadros de flores andinas, frutas y formas geométricas. Los artistas locales autores de las obras recibieron influencias de los maestros europeos e hicieron una mezcla de los símbolos indígenas con los símbolos tradicionales cristianos.
Admira la influencia morisca y española del elaborado techo de estilo mudéjar. El revestimiento está compuesto por una mezcla de caña, paja y barro, que forma una superficie similar en apariencia a las vigas de madera. Se realizó con una técnica precolombina denominada "kur-kur".
Uno de los aspectos más destacados en la Iglesia de San Pedro es el altar. Déjate maravillar por esta esta enorme y complicada obra de arte, tallada en madera de cedro y recubierta con láminas de oro y plata. Tampoco te puedes perder la elaborada decoración de los dos órganos situados cerca de la entrada de la iglesia, que se instalaron entre 1606 y 1610.
Durante tu viaje a Cuzco, puedes disfrutar de una excursión en autobús a la iglesia de San Pedro, que se encuentra en el pueblo de Andahuaylillas, a 36 kilómetros de Cuzco. La iglesia abre todos los días y se cobra una pequeña tarifa para entrar.