Aprovecha una oferta de viajes a Lisboa para visitar el Elevador de Santa Justa. Este elevador conecta el barrio de Bairro Alto con el centro de Baixa, situados en las partes alta y baja de la ciudad, como sus propios nombres indican. La estructura gótica de hierro emerge desde la arquitectura neoclásica del centro de la ciudad. El ascensor se mantiene en funcionamiento desde 1905 y, en sus orígenes, funcionaba con un motor de vapor. En la actualidad tiene un motor eléctrico y resulta perfecto para disfrutar de las vistas de la ciudad. Visita el café de la azotea del ascensor.
A este famoso ascensor se le conoce también con el nombre de Elevador do Carmo, porque conecta la plaza Largo do Carmo con las ruinas de la iglesia de Carmo, en la parte superior. Su elegante estructura es obra del aprendiz de Gustave Eiffel, el artífice de la Torre Eiffel de París. De hecho, el Elevador de Santa Justa mantiene cierta similitud en su aspecto con el icono francés. Por la noche, cuando está iluminado, luce especialmente bello.
Mientras subes los 45 metros de recorrido hasta la parte superior, tendrás tiempo de admirar las vistas de la ciudad. Observa los paneles de madera históricos y los espejos de los dos contrapesos del ascensor.
Cuando llegues a la parada de la parte superior, sube por la ornamentada escalera de caracol hasta la azotea. Desde allí podrás ver el río Tajo. Admira las fuentes y los edificios neoclásicos de la plaza de Pedro IV desde arriba.
El restaurante del ascensor, en la entrada del Bairro Alto, sirve comida, café y repostería, todos los días, a partir de la hora del almuerzo. Entre la media noche y las 2 de la madrugada, el restaurante se convierte en bar, y en él se puede disfrutar de música en directo y cócteles, con vistas espectaculares de la ciudad y el monasterio de Carmo iluminado.
El Elevador de Santa Justa abre desde la mañana temprano hasta la noche. Puedes subir con un billete de metro válido o comprar una entrada en cualquiera de las paradas del ascensor. En verano, puede haber cola para subir. Si no quieres esperar, puedes subir la colina por la escalera.