Visto desde el exterior, el Santuario Dom Bosco no parece más que un bloque de hormigón y no impresiona demasiado. Sin embargo, la entrada a este apreciado monumento revela un considerable espacio que se deja invadir por la luz azul celestial, con elementos arquitectónicos asombrosos. Aprovecha una oferta de viajes a Brasilia y resérvate tiempo para disfrutar de la belleza única de este edificio y homenajear a San Juan Bosco.
Este excepcional lugar sagrado se construyó, de hecho, como monumento conmemorativo a los sueños del italiano San Juan Bosco en 1883. El santo previó una ciudad utópica que guiaría a un país del nuevo mundo hacia un futuro justo y noble. Brasilia y Distrito Federal recibieron grandes influencias de esta profecía. De hecho, se construyeron entre los paralelos 15 y 20 conforme a las especificaciones del propio Dom Bosco. Toma asiento en el amplio recinto principal y admira la celebración de esta notable historia.
Cuando se entra con la luz del día, lo primero que llama la atención es un ambiente exquisito. Admira los inmensos ventanales del recinto, diseñados por Claudio Naves, que ocupan más de 2.200 metros cuadrados de superficie en las paredes. Con paneles de vidrio de colores en doce tonalidades de azul, arrojan una luz cerúlea sobre la amplia sala a todas horas del día. Disfruta de la combinación del color celestial y el espacio, y relájate en uno de los centenares de bancos que encontrarás.
A esta atmósfera se suma la seriedad de los imponentes altares y estatuas de la parte frontal del santuario. Puedes presentar tus respetos a la estatua de tamaño natural de Dom Bosco, junto a un altar de mármol rosado de más de diez toneladas, a la que acompaña un enorme crucifijo de madera de cedro.
Aunque la atmósfera azul del santuario requiere la luz del sol, los visitantes que acudan de noche no saldrán decepcionados. Admira la exhibición de luz y los intrincados detalles de la araña de 7.400 piezas que cuelga del techo del santuario, un espectáculo dorado diseñado por el arquitecto Alvimar Moreira.
La entrada al Santuario Dom Bosco es gratuita y se celebran misas con frecuencia. Está abierto todos los días del año, las 24 horas del día. Puedes llegar en taxi o autobús, desde la estación central de Brasilia.
