Cuando visites la magnífica Catedral de Catania, busca las columnas romanas originales u observa las pinturas que representan la erupción del monte Etna. Admira su hermoso estilo barroco y contempla los ornamentados sepulcros y las interesantes figuras talladas en lava, entre otras piezas, mientras paseas por uno de los edificios más emblemáticos de la ciudad.
La Catedral de Catania se construyó sobre unos antiguos baños romanos, en el lugar exacto donde falleció la mártir santa Ágata en el sigloIII, según cuentan. Aún se observan vestigios de las columnas romanas originales y elementos de la iglesia normanda que se edificó en este lugar en el sigloXI, pero la catedral es conocida principalmente por ser uno de los mejores ejemplos de arquitectura barroca de Catania.
Sitúate junto a las fuentes de la espaciosa Piazza del Duomo y observa la ornamentada fachada barroca, con sus numerosas columnas, estatuas y pequeñas torretas. Fíjate en los cupidos de color blanco intenso y la gran estatua de Cristo situada sobre la entrada principal. Después, adéntrate para descubrir toda una colección de obras de arte y elementos históricos.
Una vez dentro, a la derecha de la entrada, encontrarás un sepulcro apoyado en una columna. Contiene los restos del famoso compositor cataniense, Vincenzo Bellini. Continúa tu recorrido por el largo edificio principal hasta llegar a la Capilla de la Madonna. En esta parte de la catedral, se encuentran las ornamentadas tumbas que contienen las cenizas del rey aragonés FedericoIII y su esposa.
En el interior de la catedral, un poco más allá, presta atención a las columnas romanas, originarias del anfiteatro situado cerca del templo: formaban parte del edificio original que se destruyó cuando el monte Etna entró en erupción en 1669.
En la parte posterior de la catedral, admira las figuras de madera talladas en el coro, que representan la vida de Santa Ágata.
La Catedral de Catania abre todos los días y la entrada es gratuita. Está situada en la Piazza del Duomo, en el centro de la ciudad.