Muchos peregrinos se acercan a esta emblemática basílica de San Nicolás, que se construyó en 1089 para contener las reliquias sustraídas al santo que pasaría a ser Papá Noel. Su fachada, enmarcada por dos torres bajas, es de estilo románico. Visita la cripta y descubre la emocionante historia que esconde esta iglesia.
Desde la Piazza San Nicola podrás hacer bonitas fotos de la histórica estructura religiosa. Fíjate en las arcadas ciegas, en los arcos de las ventanas y en los grandes portales. La sencilla y elegante fachada está decorada con elaborados grabados de influencia árabe, bizantina y clásica. Junto a la puerta del lado norte de la iglesia hay columnas con leones esculpidos.
Entra a la iglesia para apreciar las imponentes columnas y arcos de mármol sobre la nave. En lo alto de los pilares podrás admirar los bonitos capiteles románicos. En esta iglesia destaca el trono barroco del obispo, que está fabricado con mármol y situado en el ábside. Se encuentra junto al monumento de Bona Sforza, que fue reina de Polonia y duquesa de Bari en el siglo XVI.
Baja las escaleras que llevan a la cripta para ver las famosas reliquias de san Nicolás. En ella podrás admirar los relieves en oro y plata y el altar decorado. Descubre los detalles de la vida del santo, que nació en la actual Turquía en el siglo IV. Sus reliquias acabaron en Bari siglos después, tras su presunto robo de la tumba original en Mira por parte de unos marineros.
La basílica abre de lunes a sábado, desde la mañana hasta la tarde.
La basílica de San Nicolás se encuentra cerca del puerto de Bari, en el casco antiguo del norte de la ciudad. Desde la estación central solo tienes que caminar poco más de 1,5kilómetros en dirección norte para llegar a la iglesia. Visita los monumentos cercanos, como la catedral de Bari, la iglesia dei Veneziani y el castillo normando.