Contempla la majestuosa estatua de la Virgen María de la Basílica de Notre-Dame de Saigón y los imponentes campanarios antes de entrar al apacible espacio iluminado, completamente separado de las bulliciosas calles del exterior. Realiza una visita guiada para saber más sobre la historia del edificio y asegúrate de explorar los frondosos jardines que rodean la catedral.
La Basílica de Notre-Dame de Saigón puede verse desde muchos puntos de Ciudad Ho Chi Minh, pero su auténtica belleza solo puede apreciarse de cerca. Adéntrate en los grandes jardines que rodean la catedral. Lo primero que verás será una gran estatua de la Virgen María orando. Esta estatua se trajo a Saigón de Roma en 1959. La leyenda dice que en 2005 se vieron caer lágrimas de los ojos de la estatua.
Fíjate en cómo la figura está enmarcada entre las agujas gemelas de la catedral, que se elevan hasta alcanzar los 60 metros de altura. Aunque el resto del edificio se completó en 1880, las agujas no se añadieron hasta 15 años después.
Admira el enorme rosetón que domina la fachada entre las torres. La vidriera original quedó destruida durante la guerra y se reemplazó con cristal transparente.
Entra por la entrada principal hasta la espaciosa cámara. En el interior, te darás cuenta de que las paredes están decoradas con tablillas que representan escenas bíblicas importantes. Aparte de esto, el interior de la Basílica de Notre-Dame de Saigón es principalmente sencillo, con ventanas claras y paredes blancas que otorgan al lugar una apacible atmósfera. Detente unos minutos aquí para olvidarte del ajetreo de las calles cercanas.
La Basílica de Notre-Dame de Saigón se encuentra en la zona de edificios del gobierno del centro de Ciudad Ho Chi Minh. Visítala por las mañanas entre semana. Para saber más detalles, realiza una visita de la catedral con un guía angloparlante.