Alicante ofrece una combinación encantadora entre arquitectura y gastronomía tradicionales, galerías y museos internacionales y fabulosas playas. La ciudad portuaria se encuentra en la Costa Blanca, que cuenta con 200 kilómetros (125 millas) de playas de blanca arena bordeando el literal mediterráneo español. Mientras que muchos visitantes acuden a la Costa Blanca para relajarse en sus privilegiados complejos turísticos, Alicante te permitirá vivir una experiencia de la España más real.
Comienza tu visita a Alicante con una perspectiva de la zona a vista de pájaro. Encaramado sobre lo alto del monte Benacantil se encuentra el castillo de Santa Bárbara. Puedes acceder al mismo caminando, en coche o mediante el ascensor para admirar las impresionantes vistas de la ciudad y su puerto.
Explora las calles del casco antiguo situado en la parte inferior del castillo, una zona repleta de museos de arte y edificios históricos. La catedral de San Nicolás está considerada como uno de los ejemplos más significativos de la arquitectura barroca española, mientras que la basílica de Santa María es la iglesia activa más antigua de las que permanecen en la ciudad. Visita el núcleo cívico en el ayuntamiento de Alicante y admira sus lujosas estancias interiores, tan habituales antiguamente en la región.
No necesitas desplazarte muy lejos para disfrutar de las playas de Alicante. Sigue los azulejos de mosaico de la explanada de España para llegar a la playa del Postiguet, ubicada en la falda del monte Benacantil, o toma el tranvía que te llevará a la bahía de la playa de San Juan para disfrutar de sus actividades de vela, voleibol y windsurf.
Visita el mercado central para observar los productos frescos y mezclarte con los afables lugareños. Dirígete al puerto de Alicante, donde encontrarás restaurantes muy reconocidos por sus platos de mariscos, incluidos el arroz abanda y el arroz negro, que recibe su nombre por el color que le proporciona la tinta de calamar.
Alicante es una ciudad compacta, con poca distancia caminando desde el casco antiguo hasta el resto de atracciones. Además, cuenta con una amplia red de tranvías y autobuses que te llevarán a donde necesites. Incluso en lo más crudo del invierno, el clima mediterráneo proporciona suaves temperaturas. La lluvia no forma parte de su climatología habitual.
El puerto es una popular puerta de acceso a la ciudad, con infinidad de visitantes que llegan en ferry o cruceros. El aeropuerto internacional se encuentra a 20 minutos en coche del centro de la ciudad. Además, la ciudad está enlazada con Barcelona y Madrid mediante frecuentes trenes de alta velocidad.
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