La construcción de la catedral de San Martín se completó en el siglo XIV, lo que la convierte en una de las iglesias más antiguas de la capital. Esta maravilla gótica también ha desempeñado un papel importante en la historia de Eslovaquia. Durante casi 300 años, las coronaciones de los monarcas húngaros se realizaron aquí. Accede al majestuoso interior para recorrer las distintas capillas y criptas y contemplar las obras de arte religioso.
Pero antes, te recomendamos dedicar unos momentos a examinar el espectacular exterior. Su torre principal alcanza los 85 metros de altura y la cima está decorada con una corona dorada.
El diseño interior de la catedral se compone de tres naves. Observa las numerosas estatuas y el mural con la lista de los reyes que se han coronado aquí, seguida de las respectivas fechas.
Acércate también a los distintos altares, con estatuas y relieves. Entre ellos, destacan el altar de la Virgen María y el de los Siete Dolores de la Virgen María. Contempla también los ventanales góticos con vidrieras policromadas que representan diversas figuras y eventos religiosos.
No te pierdas la capilla de Juan el Limosnero, con los restos del santo. Pasea la vista por los intrincados frescos del techo y las esculturas de los relieves. En la capilla de Santa Ana verás una bella estatua de la santa con la Virgen María.
Por último, atrévete a bajar a las criptas de la iglesia, construidas sobre un antiguo cementerio. Aquí descansan los restos de varios obispos, con dedicatorias a cada uno de ellos en las paredes.
La catedral de San Martín está situada cerca del lado norte del Puente Nuevo, a cinco minutos a pie del Danubio. Si vas en coche, dispones de aparcamiento de pago en el garaje subterráneo de la plaza Hviezdoslav, en los alrededores. Puedes visitar la catedral cualquier día de la semana, pero los horarios varían a lo largo del año. Te recomendamos consultar la página web de la catedral para ver los que se corresponden con tu visita.
