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La villa es muy tranquila y súper bonita, limpieza diaria y exhaustiva, quizás no está en el centro de Ubud, pero creo que así es todavía más auténtica y que le hace tener esa paz y tranquilidad que le caracterizan tanto. Igualmente se facilita un shuttle gratuito a Ubud que no tarda ni 10 minutos. La piscina es privada dentro de la villa, el agua está fresquita. Los desayunos son impresionantes, todo riquísimo y cada día puedes escoger lo del día siguiente, además te lo sirven en la habitación a la hora que les digas. El restaurante tiene una carta bastante amplia y con opciones para todos los gustos. Un punto que marca la diferencia fue que fueron totalmente flexibles con horarios, recogidas, transporte. Personal increíblemente amable, nos ha dado mucha pena despedirnos de ellos, todos grandes profesionales y encantadores al máximo, nos han ayudado en todo lo que han podido. Ofrecen servicio de masaje y lavandería dentro del hotel. Y tienen disponibles varias actividades y excursiones por si no tienes del todo planeado tu viaje. Y a cada cosa que hemos necesitado la respuesta ha sido siempre una gran sonrisa. Os recordaremos siempre. Ha sido el alojamiento ideal para nuestra luna de miel. Gracias por hacerlo posible.
