Para llegar al antiguo lugar sagrado de Sefa Utaki, primero deberás recorrer un sendero adoquinado que serpentea por un bosque frondoso y pasa por formaciones esculturales de roca caliza.
Sefa Utaki, en Okinawa, se ha considerado durante mucho tiempo un importante centro espiritual. Al contemplar la belleza natural de la zona, es fácil comprender por qué los sintoístas eligieron sus cascadas, su vegetación frondosa y sus rincones rocosos como escenario para muchas de sus ceremonias. Entre algunos de los rituales Ryukyu más significativos que han tenido lugar aquí destaca, por ejemplo, la toma de posesión de la suma sacerdotisa del reino.
Desde el pequeño centro de visitantes sale un sendero de piedra que lleva hasta una colina con vistas al océano. El trayecto está protegido del sol casi en su totalidad por un denso bosque de árboles y arbustos subtropicales.
Al llegar a la cima, dejarás atrás el bosque cerca de una gigantesca roca saliente. Descansa un momento en este primer lugar de culto.
A poca distancia a pie se encuentra Sangui, una de las zonas más espectaculares de Sefa Utaki. Se trata de un espacio cavernoso en forma de triángulo que conforman dos rocas de gran tamaño, colocadas una contra la otra. Si miras hacia abajo verás pequeños recipientes en el suelo que recogen agua de dos estalactitas. El agua sagrada se usa durante un ritual en Año Nuevo.
Sigue caminando hasta el pequeño claro cercano. A través del hueco que forma la vegetación verás la forma de la isla de Kudaka, que se adentra cinco kilómetros en el mar. Los lugareños creen que esta pequeña isla recibió a los dioses cuando descendieron del cielo para traer comida y crear a los primeros okinawenses.
Sefa Utaki se encuentra en el lado sureste de la isla principal. Está a 45 minutos en coche de Naha. También puedes llegar en autobús desde la ciudad. El parque abre todo el día y toda la semana, y hay que pagar una pequeña tarifa de acceso.