El centro histórico de Santa Marta ofrece hostales, cafeterías, restaurantes y antiguas iglesias cerca de la playa. Esta zona atrae a familias y mochileros que desean conocer el rico pasado de la ciudad antes de disfrutar del mar. Encontrarás numerosos edificios de estilo colonial.
Disfruta de un agradable paseo por el centro de la ciudad admirando los antiguos edificios blancos que hay repartidos por la zona. Explora la colección de oro y cerámica de la civilización tairona en la Casa de la Aduana.
No te pierdas la catedral de Santa Marta en la plaza de San Francisco. Su fachada blanca es típica de la arquitectura colonial española y se dice que es la iglesia más antigua del país. Aquí se sepultó en 1830 a Simón Bolívar, un líder militar famoso por sus esfuerzos en la batalla para conseguir la independencia del poder colonial.
En Santa Marta algunas tardes hace mucho calor, por lo que no hay nada como descansar en un banco de la plaza principal del centro histórico mientras observas el vaivén de personas. O disfruta de un pícnic el césped con tu familia.
Recorre las tiendas que rodean el centro histórico. Explora el mercadillo, donde encontrarás todo tipo de productos, desde gafas de sol y relojes hasta platos recién preparados o camisetas de equipos de fútbol colombianos.
Aprovecha para comer en uno de los varios restaurantes que hay en el centro y a lo largo de la playa. Los pescados y mariscos son la especialidad del área, pero tienes que probar también las delicias locales, como el arroz con coco y la langosta, además del típico ceviche.
Disfruta de una cerveza fría o de una copa de vino en una azotea de la plaza central mientras escuchas la música de fondo, que va del reggae y la salsa hasta el pop estadounidense.
Para llegar al centro histórico puedes tomar un autobús pequeño en la terminal principal de Santa Marta y recorrer los amplios suburbios durante unos 45 minutos. Al llegar, relájate e imagina cómo era la vida en tiempos coloniales en el centro de la antigua Santa Marta.