Røros es una de las pocas localidades mineras declaradas Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, así que ya imaginarás que este destino es distinto a los demás. Este pequeño pueblo de atmósfera acogedora está repleto de bonitas casas de madera antiguas, y sorprende a los visitantes con un ambiente muy especial. El festival Rørosmartnan, que se celebra cada año, es muy célebre tanto en el país como fuera de él.
Escápate a Røros durante un fin de semana y descúbrelo tú mismo. Se trata de un evento de una semana de duración que tiene lugar a mediados de febrero y llena la ciudad de gente, sonidos, olores y sabores. Centenares de puestos toman el centro del pueblo y se organizan eventos culturales en cada rincón. Ven a descubrir los espectáculos de danza y teatro, la buena comida, las leyendas y las ferias de atracciones.
Y aprovecha la estancia para reservar una visita guiada a una de las minas. Olavsgruva es la única de toda la región de Røros que abre al público. Durante la visita, bajarás 50 metros por debajo de la superficie y te adentrarás 500 metros en el interior de la montaña hasta llegar a una sala de conciertos y teatro llamada Bergmannshallen. La visita a la mina es verdaderamente inolvidable, una de las actividades obligadas en los viajes a Røros.
Si te gusta la cultura, los paquetes de vacaciones en Røros también son para ti. Este pueblo cuenta con interesantes museos que describen su historia. El Smelthytta, por ejemplo, detalla la tradición de la industria del cobre en la zona desde 1650 hasta 1977. En él podrás contemplar, entre otras cosas, muchas maquetas operativas en miniatura del equipo que se utilizaba en las minas. Puede ser buena idea hacer la visita guiada a Olavsgruva antes de visitar este museo para poder sacarle el máximo partido.
Si reservas un vuelo más hotel a Røros en invierno, llegarás en el mejor momento del pueblo gracias, sobre todo, a las condiciones estables de nieve que disfruta la región. En los meses más fríos es posible embarcarse en numerosas actividades divertidas, como los paseos en trineo tirado por perros o el esquí a campo traviesa.
No es de extrañar que muchos noruegos elijan Røros para sus vacaciones de invierno: saben que llenarán sus días de experiencias y recuerdos maravillosos e inolvidables. Aunque el invierno es el mejor momento para visitar este destino, también hay muchísimas posibilidades en verano, así que no lo pienses más y reserva ya.