Rompeolas Rovenska

Buena localización, 500 m de las murallas del centro histórico. Edificio moderno. Creo que con poco tiempo de antigüedad. Todo parecía estar sin estrenar. Personal joven y uniformados Habitaciones están insonorizadas, diseño moderno, la nuestra no muy amplias. Teniendo en cuenta que el tranvía pasa en doble dirección por la calle y que estábamos alijados en la 4ª planta, el ruido del tranvía era casi inapreciable. Al dormir no lo notábamos Poco espacio para guardar la ropa de 2 personas e incomodo, porque la puerta acristalada del baño al abril cierra el perchero del guarda ropa. Baño pequeño acristalado, tras la cabecera de la cama, con ducha espaciosa. Para nosotros era confortable. En cuanto al desayuno, no fue lo que esperábamos. Desayuno a la carta. Precio 18€ el menú por persona. Salón pequeño. a la derecha de la recepción Probamos tomar el desayuno el primer día. Solo 1 café, 1 té, 1 tostada y 1 bol de frutas, para dos personas. Nos pareció caro y escaso. Creo recordar que tenían horario de cocina continuo hasta las 23h. Terraza, en la azotea, con vistas a la centro histórico. Bien comunicado por tranvía o a pie. De hecho, el primer día, llegamos caminando desde la plaza donde nos dejo el bus del aeropuerto, +- 1,5 km. Desde la estación de trenes también se puede llegar caminando +- 2km, o en tranvía. La parada esta a 50 m. En general la experiencia fue buena. Repetiríamos.

Lo mejor del hotel es su ubicación, cercana a las estaciones de bus y tren. La gente es sumamente cordial. solo le criticaría la alfombra que esta por los espacios comunes, algo manchada y deteriorada. lo demás es todo estándar sin sobresalir.