Experiencia alarmante con personal de seguridad, pese a la excelente atención general
El personal del hotel fue, en su mayoría, excepcional. Sin embargo, tuve una experiencia muy preocupante con un elemento de seguridad en la zona de alberca y playa. Durante varios días lo vi tomando fotografías de mis pertenencias personales sin autorización mientras yo estaba en la alberca. No hubo explicación ni justificación clara. Esto me hizo sentir vulnerable y observada.
El último día, me retiré brevemente unos metros para pedir una bebida y, estando a la vista de mis cosas, este mismo guardia comenzó a retirarlas del camastro sin verificar si estaban ocupados. Al reclamarle, su actitud fue prepotente. Me respondió: “Haga lo que quiera, yo tengo pruebas”, como si fuera una delincuente y no una huésped. Su trato fue desafiante y ofensivo.
Lo más grave: pocos minutos después en la zona de playa, se paró deliberadamente detrás de mí y mi sobrina de 7 años, a escasos metros, sin razón operativa evidente. Su presencia se sintió como una forma de intimidación tras lo ocurrido.
Pensé que su rol era cuidar a los huéspedes, no vigilarlos ni intimidarlos. Esta actitud contradice los estándares del hotel y empaña el trabajo de un equipo que, en general, fue cálido y profesional. Espero que este tipo de conductas se revisen con seriedad.