Esta combinación de tablas y cuerdas, que conecta una pequeña isla con los gigantescos acantilados cercanos a Ballintoy, parece lo suficientemente resistente desde la distancia.
Ya de cerca, las delgadas tablas se mueven con cada paso y resulta imposible ignorar el estruendo de las olas del Atlántico Norte al chocar contra las rocas unos 30metros más abajo.
La organización National Trust, responsable del Carrick-a-Rede, no tiene constancia de que ningún turista se haya caído del puente, pero todos los años hay visitantes que prefieren recorrer 20metros por el desfiladero y volver de forma segura en barco.
Los valientes que consiguen cruzarlo reciben la recompensa de unas vistas fabulosas. Desde el pico de la pequeña isla puedes ver hasta dónde llega la espectacular costa de Antrim, la isla de Rathlin y, en los días despejados, el promontorio de Cantyre, en Escocia.
El puente de cuerda Carrick-a-Rede fue construido por los pescadores de salmón hace unos 350años, pero el salmón dejó de ir a la zona hace algunas décadas y, ahora, el puente de cuerda es una de las principales paradas de la ruta turística de Antrim. Los pescadores solían utilizar el puente solo durante los meses de verano, pero ahora se mantiene abierto todo el año.
Para los pescadores, el puente moderno sería irreconocible. En los pasados años70, el puente no contaba con red de seguridad, tenía grandes espacios entre las tablas de madera y una sola cuerda como pasamanos.
El puente se encuentra al final de una ruta de 1,6kilómetros que recorre los acantilados. Es necesario obtener entradas, y la oficina de National Trust se encuentra en el aparcamiento, mucho antes de que los visitantes puedan darse cuenta del valor que van a necesitar. Elige entre la oferta disponible de viajes a Ballycastle y no te pierdas esta emocionante experiencia.
