El Portón de Campo es la puerta de la ciudad y también un puente levadizo del siglo XVIII, que construyeron los colonos portugueses de Colonia del Sacramento. Se encontraba integrado en las murallas que protegían la ciudad frente a los intrusos. Visita este lugar, que en la actualidad es una entrada con mucho encanto al centro histórico de la ciudad. Árboles, arbustos y colinas verdes rodean a este puente levadizo de madera.
Admira los pilares de piedra de la puerta que facilita la entrada al centro histórico. Observa las cadenas con las que se cerraba el puente levadizo para impedir la entrada a posibles enemigos. Descubre la historia de este punto de referencia a través de las placas informativas.
El gobernador portugués Vasconcellos, de gran influencia en la ciudad, ordenó realizar esta obra en 1745. Debajo del puente, donde en otros tiempos hubo un foso, se aprecian ahora colinas verdes, árboles y arbustos. Sigue los restos de la muralla y encontrarás los cañones y otras reliquias históricas.
No olvides fotografiar el antiguo puente levadizo. Imagina la vida cotidiana de los colonos europeos que vivieron aquí mientras recorres el puente en ambas direcciones. Busca una oferta para visitar este lugar y viajar al pasado: cuando cruces la puerta, accederás a una zona salpicada con innumerables puntos de referencia históricos.
El puente levadizo se recuperó en la década de los setenta del siglo pasado. Aunque algunas partes se reconstruyeron, la estructura permanece intacta en su inmensa mayoría. Su nombre significa “gran puerta del campo”, aunque también se la conoce como la puerta de la ciudadela. El lugar se encuentra abierto al público las 24 horas, todos los días del año, y se puede acceder de forma gratuita. Si lo necesitas, puedes usar unos baños públicos muy limpios que hay en los alrededores.
Busca el Portón de Campo en el centro histórico, en el área suroeste de la ciudad de Colonia del Sacramento. Se encuentra junto al Museo Portugués, el faro y la plaza Mayor, que es la plaza principal de la ciudad. Para acceder al lugar, puedes caminar algo más de un kilómetro y medio hacia el oeste, desde la estación central de autobuses o la estación de ferries. Hasta esta última, llegan los viajeros que cruzan el Río de la Plata procedentes de Buenos Aires, Argentina.