8/10
Llegamos mas tarde de las 19 en un día lluvioso y el hotel estaba para nosotras solas. La dueña nos dejó hasta poder coger cafe de la cocina. Muy amable.
Sitio muy confortable y cómodo en un entorno precioso con el mar a un lado y las montañas nevadas al otro.
Buen desayuno con unas vistas preciosas. Nos quedamos con las ganas de probar el restaurante ( cerrado pero tienen otro cerca abierto).
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