Museo Histórico de la Ciudad

Aseo. El cuarto cumple con lo que promete. El asignado era muy pequeño. Dos camas individuales para personas no más altas de 1.80 y de contextura normal. Bastante angostas pero cumplen para el descanso. La ropa de cama estaba rota por desgaste. Almohadas bien. Colchón bueno. Baño. Excelente ducha. Buena agua caliente. El lavabo y el inodoro son viejos. Funcionales. No me gustó que tuviera asiento acolchado (gusto personal). El cuart solo lo asean por pedido. Tenían 4 toallas para dos personas, lo que esta ok. Seguridad de la zona. Tomar en cuenta que es el casco histórico de Río, en un barrio histórico como es Lapa. Sumarle que si en Río hay indigencia en esta zona por demás, aunque no se meten con nadie. Cada quien en lo suyo. Pero siempre hay que andar con el cuidado de cualquier gran ciudad. Saliendo del hotel a unos pasos está Escalera de Selarón con su ambiente de bares y fiesta; en cualquier otra dirección y a menos de una cuadra hay ambiente bohemio, bares, música en vivo y comida, tanto de restaurante como callejera. Los precios son muy accesibles en la zona, casi que como en todo Río. A 3 cuadras del hotel estan los Arcos de Lapa y otro conjunto de bares, restaurantes y sitios de ambiente en la zona de Lapa. Primera impresión. De entrada no me vende el hotel. Se ve viejo y no muy seguro. Cuando fui estaba en remodelación al menos la entrada. Pero en un par de días lo ves como parte del paisaje y hasta familiar. Camas Funcionales. Pequeñas. Internet Ok Desayuno 10/10

El personal de limpieza es cochino y grosero, una señora nos reclamo por que dijimos en recepción que no habían limpiado la habitación y que no teníamos jabón en el baño. Cuando escojas tu habitación revisa muy bien que tenga baño privado. la mayoría de las habitaciones son con baño compartido. Nosotros pagamos un cuota muy baja por una habitación con baño privado. Conviene mucho revisarlo.

Lo único que no me gustó es que se escucha mucho el ruido de las habitaciones contiguas, y ya la una fuga en la manguera del “bidet”