Es una buena alternativa si se quiere estar cerca de la estación y razonablemente cerca del centro de Munich. El estilo del hotel es muy peculiar; tratan de ser distintos e innovadores, pero la decoración es muy recargada, cansa un poco. El restaurante es muy bueno y de precio razonable para desayunar, no así para cenar; después de que nos asignaron una mesa y nos instalamos en ella, vinieron a sacarnos y cambiarnos a otra porque supuestamente la primera estaba reservada. La única explicación que dieron es que se habían equivocado, no ofrecieron ni una disculpa. Luego, la atención fue lenta, la comida más bien cara y nada para recordar. En la recepción atienden muy bien, pero pedí imprimir doce páginas en blanco y negro y me cobraron por ello. No importa el dinero, pero lo encuentro poco presentable. En resumen, una buena alternativa aunque con varios "peros".
