La soleada localidad de Loen está situada en el extremo del lago Loenvatnet, en el municipio de Stryn. Pocos turistas lo eligen como destino para una escapada urbana, y es que este lugar está hecho para aquellos que buscan tranquilidad, naturaleza y paz. El pueblo está rodeado de suaves colinas, montañas escarpadas y agua.
En la historia noruega, Loen es célebre por dos importantes desprendimientos de tierra que tuvieron lugar en la montaña Ramnefjellet a principios del siglo XX. Estos fenómenos afectaron notablemente al entorno, y sus habitantes, en la actualidad, mantienen la férrea determinación de no abandonar el lugar. Como consecuencia, en Loen se respira orgullo y hospitalidad, y a su gente le encanta presumir de entorno. Si eliges uno de nuestros paquetes de vacaciones en Loen, verás que no hay nada como contemplar las montañas desde el centro de la localidad y observar cómo los restos de los desprendimientos aún brillan en las laderas.
Los viajes a Loen permiten recorrer bonitos valles perfectos para los amantes de la naturaleza. En ellos podrás practicar senderismo, pesca y el sabio arte de la contemplación. Incluye en tu itinerario Lodalen, la extensión frondosa del glaciar más grande de Europa, Jostedalsbreen. Desde Loen salen muchas visitas guiadas de todo tipo hasta la meseta del glaciar. No te las pierdas: las vistas y la experiencia de caminar por el entorno son verdaderamente espectaculares.
Las rutas más habituales para llegar a Jostedalsbreen desde Loen pasan por Bødalsbreen o Kjenndalsbreen, donde puedes conducir hasta casi la boca del glaciar. Ya en tu destino, es recomendable que vayas acompañado de un guía, y comprobarás que es posible utilizar los esquís durante todo el año.
Aunque Jostedalsbreen es una de las principales atracciones turísticas de la zona, hay muchas otras formas de disfrutar de las montañas. Entre las más emocionantes se encuentra la vía ferrata de Loen, un trayecto divertido, estimulante y escarpado hasta el pico de Hoven, que se eleva sobre la localidad a una altura de 975 metros.
Dependiendo de tu estado físico, el recorrido puede llevar entre cinco y doce horas. Eso sí, la adrenalina está garantizada. Y las vistas son verdaderamente impresionantes.