Lignières ofrece castillos realmente soberbios. Descubre su rica tradición ecuestre y disfruta de la tranquilidad de sus calles, salpicadas de boutiques y cafés.
Lignières es una pequeña localidad con una periferia repleta de edificios arquitectónicos fabulosos. Puedes empezar con un paseo hasta el extravagante castillo de Lignières, del siglo XVII, rodeado de un foso cuadrado perfecto. Aunque es una propiedad privada, puedes disfrutar de vistas muy agradables de los jardines y de su impresionante fachada blanca.
Igualmente impresionante es el castillo de Plaix, a cinco minutos en coche al sur por el río Arnón. Desde la zona de aparcamiento, baja por un sendero boscoso hasta llegar a la fabulosa fachada, con altas torres y chapiteles que se elevan por encima de las copas de los árboles. Al atravesar la majestuosa entrada principal te encontrarás con un museo dedicado al pasado de la región. Las exposiciones detallan la historia de cómo los burros tiraban de las barcazas e incluyen objetos de todo tipo, como antiguas monturas y herraduras. También se conservan herramientas y utensilios domésticos del siglo XIX.
El castillo se encuentra rodeado de un frondoso paisaje rural. Estarás a tiro de piedra de kilómetros y kilómetros de rutas campestres, cada una de ellas con campos y bosques que parecen no acabar nunca.
Después, vuelve al centro del pueblo para descansar en uno de sus cafés o bares. Saborea una taza de café o un buen almuerzo de pan recién hecho y queso. Recorre las estrechas calles y curiosea por las tiendas que ofrecen productos orgánicos, artesanía y prendas hechas a mano. Los lunes hay mercado. Aquí, los vendedores de toda la zona llenan sus puestos con objetos de recuerdo y ropa.
Lignières está situada en el departamento de Cher, en el centro de Francia. La capital, Bourges, se encuentra a 40 minutos en coche hacia el norte, y París está a unas tres horas en la misma dirección. El alojamiento en el pueblo es limitado, pero puedes encontrar más opciones en Bourges.
Si encuentras una oferta de viaje a Lignières, no la dejes escapar: este pueblo resume bien lo mejor de la Francia rústica, pero también rebosa cultura e historia.