Halmstad se encuentra situada entre Gotemburgo y Malmoe, y su ambiente es sorprendentemente metropolitano si tenemos en cuenta su tamaño medio. Encontrarás muchos restaurantes de calidad y una vida nocturna en la que no cabe el aburrimiento, tanto en el centro como en el exclusivo barrio costero de Tylosand.
Halmstad perteneció a Dinamarca hasta 1645. De hecho, los tres corazones de su escudo pueden tener su origen en el sello de los reyes daneses. Estos corazones pueden verse en lo alto del ayuntamiento, en la plaza principal o Stora torg. En la misma plaza se encuentra la iglesia medieval de San Nicolás y la fuente Europa y el Toro. También te recomendamos pasear por el río Nissan o contemplar el edificio modernista de cristal de la Biblioteca de Halmstad, recientemente reformado, y el castillo rosa, de finales del siglo XVI.
Si eres aficionado al arte, en Halmstad encontrarás infinidad de obras tanto de maestros internacionales, como Picasso, como de artistas locales, por ejemplo, de Lena Cronberg. Reserva tiempo para visitar el Museo de Arte de Mjellby, a poca distancia en coche, o participa en uno de los recorridos artísticos guiados que organiza la ciudad.
En Halmstad nunca estarás lejos de la naturaleza. Además de las largas y románticas playas que permiten nadar en el mar de Kattegatt, encontrarás una amplia red de rutas de senderismo y ciclismo de montaña muy cerca de la ciudad. Sigue los bellos senderos de Ginstleden o Prins Bertil, que discurren junto al agua hasta Tylosand. O bien, sube las dunas de arena de Lynga, posiblemente las más altas de Suecia, con sus 36 metros de altura.
Pero también puedes embarcarte en otras aventuras, como la pesca de salmón en el río Nissan, el río Fyllean o el lago Tofta, o practicar tu swing en uno de los siete campos de golf de la ciudad. Por último, relájate y desconecta en la larga playa de arena de Tylosand, famosa por sus fiestas veraniegas bajo el sol de medianoche.
Si encuentras una buena oferta de paquetes de vacaciones en Halmstad, podrás llegar a la localidad en autobús, tren o coche desde aeropuertos internacionales como los de Gotemburgo o Malmoe.
Para moverse por la zona lo mejor es el coche, ya que las pequeñas comunidades están situadas bastante lejos unas de otras. O, si lo prefieres, también puedes desplazarte en bici.