Súbete al teleférico para acceder a la Ciudadela de Huy y disfrutar de unas vistas magníficas a la villa de Huy y el río Mosa. La fortaleza se construyó en la Edad Media, pero sufrió graves daños durante las guerras franco-neerlandesas del siglo XVI y la guerra de secesión española. Más tarde se desmanteló al completo tras la firma del Tratado de la barrera. Cuando los holandeses se apoderaron de la región, esta se volvió a construir a principios del siglo XIX para proteger la zona de un posible ataque francés. ¡Imagina un enorme ejército de 600 personas ahí dentro!
Para descubrir la historia de la fortaleza y de sus presos políticos, comienza por los revolucionarios de la legión belga y continúa con los eventos de la Segunda Guerra Mundial. Entre 1940 y 1944, se encontraban en la Ciudadela de Huy más de 7000 presos políticos, muchos de los cuales se enviaron más adelante a los campos de concentración alemanes.
Explora sus salas de interrogatorios, sus celdas y sus mazmorras y te trasladarás al trágico pasado de la Segunda Guerra Mundial. El espeluznante ambiente que desprenden sus salas da buena fe de la brutalidad del régimen nazi. La Ciudadela de Huy acoge un museo que trata sobre la Segunda Guerra Mundial y cuenta la historia de algunos de los presos que estuvieron aquí. También aquí encontrarás exposiciones sobre la resistencia belga y los días en que Huy se libró de la ocupación alemana.
Observa las presentaciones multimedia, pues son un buen modo de viajar en el tiempo. A lo largo de tu visita encontrarás varios lugares que recuerdan el fatal destino al que se enfrentó la Ciudadela de Huy, así como homenajes a las víctimas de los campos de concentración.
La Ciudadela de Huy y su museo abren todos los días. Para acceder, debes pagar una entrada. Los niños acceden de manera gratuita. Puedes adquirir las entradas para el teleférico en la estación de la calle d'Arsins, cerca de Maison de Batta. Si lo prefieres, puedes acceder a pie a la fortaleza. Eso sí, si te apetece disfrutar de una panorámica excepcional, vale la pena pagar el transporte, ya que el teleférico llega hasta la cima, desde donde puedes ver Huy y el río Mosa.