La Catedral de Nuestra Señora es la iglesia más alta de Bélgica. Déjate envolver por la sensación de espacio y calma de la inmensa nave central de la catedral, o admira algunas de las mejores obras de Rubens. Las maravillosas vidrieras y las estatuas contribuyen a que la catedral sea una de las más bellas del continente europeo.
La Catedral de Nuestra Señora se divisa a una larga distancia, no es necesario estar cerca de sus grandes puertas de madera y su ornamentada fachada de piedra para verla. La torre de 123metros sobresale en el horizonte de la ciudad. La catedral tardó en construirse 169 años, entre 1352 y 1521. Ocupa una superficie de 1 hectárea, lo que la convierte en el mayor edificio de este tipo en Bélgica y los Países Bajos.
Detente en la pequeña plaza delante de la entrada y admira los arcos góticos y las estatuas de la fachada. Bajo el chapitel del lado sur verás un monumento en honor al arquitecto de la catedral, Jan Appelmans.
En el interior, la arquitectura es igualmente impresionante. Siete naves ocupan gran parte de su superficie, siendo la central la más grande. Cuenta los 48 pilares de mármol blanco que, alineados en el pasillo, conducen al altar.
Las pinturas del altar son obra de Rubens, el artista más célebre de Amberes. Cuatro de sus obras maestras de temática religiosa, como La Elevación de la Cruz y La Resurrección, se conservan en la catedral. Eleva la mirada mientras recorres las naves para deleitarte con las maravillosas vidrieras. 55 vidrieras, incluidas La Última Cena de Rombouts, bañan de color el interior del templo. Tampoco debes perderte la estatua de mármol La Virgen y el Niño, obra del artista anónimo “Maestro de las Madonnas de Mármol de Maasland”.
La Catedral de Nuestra Señora abre todos los días, pero el horario es reducido los domingos. Se encuentra cerca de la Grote Markt en el centro histórico de Amberes. Es fácil llegar a pie o en tranvía hasta la parada Melkmarkt. Hay que pagar un precio pequeño por entrar a la catedral.