La espléndida catedral de Grenoble ha sido siempre un importante lugar de culto para la gente del lugar. La catedral de Grenoble forma un conjunto con la contigua iglesia de Saint Hugues. Este diseño, con dos iglesias contiguas, era habitual durante el cristianismo antiguo, aunque son pocos los ejemplos que se aún se conservan. Visita los dos edificios, que pertenecían a un complejo aún más grande. Incluía también los restos del primer baptisterio de la ciudad, edificado en el siglo IV.
La construcción de los edificios que componen la catedral hoy en día empezó en el siglo XIII. Fueron objeto de numerosas reconstrucciones durante el siglo XIX, y se renovaron de nuevo en la década de 1990. Aquí se encuentra hoy en día la sede del obispado de Grenoble. Observa cómo los elementos arquitectónicos de la catedral de Grenoble reflejan la evolución del edificio a lo largo de los siglos.
Aunque la fachada de la catedral, caracterizada por su campanario de ladrillo, pueda parecer demasiado sencilla, su interior es muy bonito. Tómate tu tiempo para contemplar las piezas que esconde la catedral. Hay guías disponibles de forma gratuita, tanto en inglés como en francés, en las que se describe la historia del edificio y de sus importantes piezas de arte renacentista.
Fíjate en las vidrieras de la catedral, elaboradas en el siglo XIX. En la ventana central está representada Nuestra Señora de la Asunción, santa patrona de la catedral. Destaca también el ciborio gótico del siglo XV, tallado en madera.
El precioso coro conserva sus crujías originales, con molduras detalladas. Otros objetos interesantes del interior de la catedral incluyen los paneles con grabados cubiertos de oro y el púlpito del siglo XVIII.
La iglesia de Notre Dame se encuentra en la plaza de Notre Dame, en el centro histórico de Grenoble. Es fácil llegar en autobús o en tranvía. La catedral abre todos los días y la entrada es gratuita. Sigue siendo un lugar de culto, por lo que también podrás asistir a la misa diaria de lunes a viernes.