Hoteles históricos en Calais

Seguramente querrás recorrer los puntos de relevancia histórica durante tus vacaciones en Calais. Para conocer el lado gastronómico de este destino, no hay nada como sus bares y sus marisquerías. Una de las mejores formas de conocer esta zona es a través de sus galerías de arte.

Calais ofrece 144 alojamientos disponibles en Expedia, pero no cuenta con muchos hoteles catalogados como históricos.

Calais goza de especial popularidad por contar con espacios tan atractivos como Town Hall, Faro de Calaisy La Coupole. Podrás comprobar la riqueza cultural de la ciudad en lugares como Grand Théâtre de Calais, Museo de Bellas Artes de Calais y Musée de la Dentelle et de la Mode. Puedes añadir estas dos paradas a tu itinerario: Ayuntamiento de Calais y Puerto de Calais.

Los hoteles históricos les dan a los huéspedes la posibilidad de alojarse en un establecimiento reconocido oficialmente por su importancia histórica. En el mundo se pueden encontrar todo tipo de hoteles históricos: desde castillos, mansiones y palacios hasta antiguas comisarías, tabernas o rascacielos. Más allá de su origen, estos sitios tienen cierto interés histórico. Los hoteles históricos de Calais normalmente conservan elementos originales en las zonas comunes o en las habitaciones, como adornos tradicionales o de períodos concretos.

Son dos términos bastante parecidos. “Hotel histórico” es el nombre habitual en algunas regiones, mientras que, en otras, es más frecuente utilizar “hotel patrimonial”. Los hoteles históricos suelen destacar el propio edificio y la arquitectura. Un hotel patrimonial se centran normalmente en su valor cultural y y su influencia en la comunidad.

Sí. Aunque se hace todo lo posible por mantener los elementos originales y las fachadas históricas, el interior del hotel cuenta con servicios modernos y medidas de seguridad. Los turistas encontrarán las instalaciones habituales de un hotel, como Smart TV, wifi y baños con todas las comodidades. Reservar un hotel histórico en Calais no significa alojarse en un lugar incómodo ni anticuado.