Nuestros viajes baratos a Bresanona, o Brixen en alemán, te descubrirán una bella e histórica ciudad ubicada en una región italiana con gran influencia austriaca. Este destino es, además, una base de operaciones idílica para explorar los Dolomitas, un auténtico paraíso para los amantes de la naturaleza. Aunque lo tuyo no sea el senderismo o el esquí, los paquetes de vacaciones en Bresanona también son perfectos para ti: las callejuelas empedradas y la arquitectura barroca de este pintoresco rincón lleno de historia te robarán el corazón.
Los primeros registros escritos que mencionan una ciudad aquí en el cruce entre los ríos Isarco y Rienza se remontan al año 901. Te recomendamos empezar tu visita con un paseo por las calles estrechas y sinuosas de la ciudad, repletas de restos de su larga historia. Los edificios medievales están por todas partes, por lo que rápidamente sentirás que has viajado en el tiempo.
La catedral de Bresanona es el punto de partida perfecto para este recorrido. La iglesia ha permanecido en el lugar que ocupa desde el año 980, pero se reconstruyó a mediados del siglo XVIII para reparar los daños de varios incendios. Asegúrate de sacar fotos de su hermosa fachada, con elegantes columnas y elaboradas torres de reloj gemelas. Los detalles también abundan en el interior, y entre ellos destacan una serie de coloridos frescos y un altar ornamentado. No te marches sin acercarte a los claustros, famosos por sus llamativos techos pintados.
Otro importante lugar histórico es el Palacio del Obispo. La entrada es de pago, pero el museo que encontrarás allí incluye numerosas obras de arte medieval de gran belleza. Por su parte, el Museo de la Farmacia, en los alrededores, también resulta bastante especial. Está situado en el interior de una bonita casa histórica, y las colecciones adoptan un enfoque poco habitual, ya que describen la historia de la medicina.
Incluye en tu itinerario el teleférico Plose para subir al monte del mismo nombre es sencillamente espectacular. En verano, las hermosas laderas boscosas están repletas de excursionistas y, en invierno, los aventureros cambian las botas por los esquís y se deslizan por sus pistas.
Permítenos un último consejo: los viajes a Bresanona son aún más bellos en tren, ya que así podrás contemplar los Dolomitas durante el trayecto. Cualquier estación del año es un momento maravilloso para una visita, ya que, incluso en los meses más fríos, las excelentes instalaciones deportivas de la zona ofrecen numerosas posibilidades.