Para descubrir la historia de Brescia, comienza tu visita en la Piazza della Loggia, que constituye el centro de la vida en la ciudad. Se trata de un amplio espacio al aire libre con monumentos renacentistas importantes, como La Loggia y el Palazzo Pubblico o sede municipal actual, que ostenta una característica cúpula de plomo. Frente a ella se alza la bella Torre del Reloj, con un valioso reloj astronómico, y los llamados “macc de le ure” o “locos de las horas”, como llaman los habitantes de la ciudad a las dos figuras de bronce que hacen sonar las campanas. En el lado sur de la plaza se encuentra el Monti di Pietà o montepío, que comprende dos edificios conectados entre sí por un arco. Sus fachadas están construidas con mármol y piedra de la época romana. A través de sus pórticos, elementos muy comunes en las calles de Brescia, llegarás a la Torre Bruciata, en el lado noreste de la Piazza della Loggia, junto a la iglesia de San Faustino in Riposo. Cruza la Porta Bruciata y deja atrás la Piazza della Loggia para llegar a una pequeña plaza con restaurantes tradicionales estupendos.
Desde Via Beccaria accederás a la Piazza Paolo VI, donde se encuentran las dos iglesias más emblemáticas de la ciudad: Duomo Nuovo y Duomo Vecchio, también llamada la Rotonda. El Duomo Nuovo es de estilo barroco tardío y, la Rotonda, románica. Se construyó sobre los restos de una basílica de los primeros cristianos y su planta circular le otorga el nombre de la Rotonda. Sin salir de la Piazza Paolo VI, delante de las dos iglesias, dos fuentes simétricas embellecen el entorno. A la derecha, en la parte norte, se encuentra el Broletto, un edificio cuadrangular que muestra orgulloso su hermosa torre Pégol. Aunque en otros tiempos fue sede de la antigua ciudad, en la actualidad acoge oficinas públicas.
Sigue la callejuela estrecha que flanquea el Broletto y llegarás a la Via Musei, el antiguo decumano. En este punto, abandonamos la zona medieval y nos adentramos en la Brescia romana, que se alzaba en el lugar donde ahora vemos las ruinas del foro. En esta calle podrás ver residencias de la nobleza, como el Palazzo Maggi y el Palazzo Martinengo Cesaresco Novarino, que ahora funcionan como centros de exposiciones. El foro incluye también las ruinas del Templo Capitolino que ordenó construir el emperador Vespasiano y los restos del Teatro Romano. Más arriba, hacia Via Pietramarta, detrás del teatro, verás la iglesia del Santo Cuerpo de Cristo, que en el pasado formó parte de un convento del siglo XV. Si te apetece descansar un rato, acércate a Piazzale Arnaldo. Desde allí podrás contemplar el barrio de Ronchi y mimarte con las especialidades de una de las panaderías más famosas de la ciudad: Zilioli, en la esquina con Viale Venezia. Los viajes a Brescia en otoño tienen la ventaja de poder saborear una delicia llamada bossola, un dulce típico que se prepara según una antigua receta.
Después de reponer fuerzas, puedes visitar la tercera de las plazas más importantes de la ciudad, la Piazza della Vittoria, que se construyó durante el periodo fascista sobre las ruinas de un antiguo vecindario. Cada segundo domingo del mes se celebra un mercado tradicional de antigüedades donde es posible encontrar objetos fascinantes. A poca distancia de allí se encuentra el monumental Palazzo Martinengo Palatini, que en la actualidad es sede del rectorado universitario.
Desciende por Corso Palestro, una de las calles peatonales comerciales de Brescia, repleta de elegantes boutiques, para llegar a Via S. Francesco d'Assisi. Allí se alza la iglesia de San Francisco de Asís, uno de los monumentos más bellos de la ciudad por sus frescos y su claustro del siglo XIV. A la salida del claustro, admira las delicadas incrustaciones de la fachada de mármol de la iglesia de Santa María de los Milagros y la cercana iglesia de los Santos Nazaro y Celso. Esta zona también es muy recomendable para descansar un poco. Puedes disfrutar de la hora feliz o tomar algo en el Mentelocale, que tiene una bonita terraza al aire libre.
Si te interesa conocer la historia artística de Brescia, la Pinacoteca Tosio Martinengo acoge algunas de las piezas más importantes de la ciudad. Entre otras, podrás contemplar la “Pala della Mercanzia”, de Vincenzo Foppa, y obras de Rafael y Alessandro Bonvicino, llamado también “il Moretto”. Las exposiciones más recientes de la colección destacan el arte de Brescia entre los siglos XIV y XVIII. Las piezas expuestas incluyen las de maestros locales del Renacimiento, con obras de Rafael, Paolo Veneziano, Antonio Solario y muchos más.
Pero esta ciudad también ofrece al viajero una amplia oferta de ocio nocturno. Si te apetece descubrir la gastronomía local en el corazón de la Brescia histórica, elige el Locanda dei Guasconi, a medio camino entre la Piazza della Loggia y la Piazza del Duomo. Para terminar la noche, asiste a una representación en el Teatro Santa Chiara, una antigua iglesia reconvertida. Otro buen local para degustar las delicias tradicionales de la ciudad, como los famosos casoncelli, es el Labirinto, en Via Corsica. Este establecimiento fue antiguamente lugar de descanso para viajeros exhaustos. Si encuentras un vuelo más hotel a Brescia para las estaciones más cálidas, te recomendamos pasear por el centro siguiendo el curso de Via S. Faustino, repleta de bares que abren hasta tarde, en dirección a la iglesia del Santo Protector. Aprovecha nuestras ofertas de vacaciones de último minuto a Brescia. Disfruta de su acogedora atmósfera y de una estancia inmejorable cerca de los Alpes lombardos, así como de su bellísimo paisaje.