A pesar de haber sufrido intensos bombardeos durante la Segunda Guerra Mundial, la pequeña localidad de Blois ha logrado mantener una sólida identidad cultural, sobre todo, gracias a la preservación del casco viejo y de su impresionante castillo. Aquí podrás disfrutar de elegantes cafés, restaurantes exclusivos y bonitos parques, así como de entornos naturales que acentúan su atractivo.
Si paseas junto al río, dedica unos minutos a contemplar el Castillo Real de Blois, que se eleva sobre las estructuras bien conservadas del casco viejo. Este lugar fue, en su momento, la sede de los poderosos condes de Blois. Su inmensa fachada presenta elementos de arquitectura gótica, renacentista y clásica en cuatro alas distintas.
Si visitas el interior, acércate al ala renacentista para ver los aposentos de Francisco I y la reina Claude. Las escaleras están decoradas con tallas de salamandras y las letras "Fs", el símbolo heráldico de Francisco. Otro de los aspectos destacados son los aposentos del rey, que fueron testigos de un incidente sangriento en 1588: el asesinato del duque Enrique I de Guise por orden de Enrique III. Estos terribles sucesos se relatan en algunas pinturas de la época, que cuelgan de las paredes de los aposentos.
Enfrente del castillo se encuentra la Maison de la Magie, el antiguo hogar del inventor e ilusionista Jean Eugene Robert-Houdin, cuyo nombre adoptó posteriormente Harry Houdini. Todos los días se celebran aquí espectáculos y exposiciones llenos de magia.
Visita el casco viejo de Blois, a poca distancia al pie del castillo siguiendo el curso del río. Entre otras atracciones de esta zona destacan el campanario de varios pisos de la catedral de San Luis, del siglo XVII, o la Maison des Acrobates, una de las pocas casas particulares que se conservan del siglo XV.
Todos los lugares de interés están a poca distancia a pie unos de otros. Si encuentras una buena oferta de viaje a Blois, te recomendamos alojarte en uno de los hoteles de la localidad, así no necesitarás medios de transporte para recorrerla. La zona que rodea la ciudad es perfecta para caminar o montar en bici, ya sea junto al río o a través de los bosques cercanos.
Después, vuelve a Blois y disfruta de la gastronomía local en uno de sus excelentes restaurantes. Si eliges un local junto al río, tendrás la ventaja añadida de poder contemplar las luces de la ciudad sobre el agua mientras comes.