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Lo que iba a ser unos días de descanso junto a la familia, se convirtió en un mal trago para nosotros y una experiencia para no repetir. Para empezar, comentar que esta casa está adosada a la casa de la dueña, con la que se comparte espacios comunes como el patio. El apartamento se anuncia para un total de 7 personas, siendo nosotros 6 adultos y dos niños (10 y 14 años). En un primer momento acudieron a la casa mis padres y mi hermano pequeño (tres personas) y aparentemente todo perfecto con la dueña, que se mostró amable y servicial. A los 3 días acudimos el resto de inquilinos, ya que trabajábamos y no pudimos ir antes (yo, mi hermano, mis dos tíos y mi primo de 14 años). Tras un largo viaje decidimos descansar un rato la siesta, cuando esta señora, distando mucho de ser educada, nos increpó a las 4 de la tarde, gritando como una loca, afirmándo que éramos muchas más personas de las que le comentó la agencia (según ella debíamos ser 6 personas). No contenta con esto, la señora continuó con una retahíla de faltas de respeto, insinuando, sin conocernos de absolutamente nada, que le íbamos a cuidar mal la casa y que no tendríamos un adecuado nivel de limpieza de la misma. Jamás, desde que viajo y me alojo en apartamentos turísticos, me ha tocado lidiar con este tipo de show, de una señora octogenaria que, jugando con esta ventaja, aprovecha para faltar el respeto de los inquilinos que pagamos un dinero para disfrutar de unos días de paz y descanso. De verguenza.
Yonathan A.
Se alojó 7 noches en agosto de 2024