Aunque las vistas de París desde 50 metros de altura te provocarán para subir de inmediato a la parte más alta del Arco del Triunfo, no te pierdas todo lo que hay que ver en la base de este monumento. Está situado en la Plaza Charles de Gaulle, en la que confluyen 12 avenidas rectas, entre ellas, la Avenida de los Campos Elíseos, y forman lo que se conoce como “la estrella” de la ciudad.
A pesar de que es una rotonda con mucho tráfico, podrás llegar al monumento fácilmente en coche o caminando por la magnífica Avenida de los Campos Elíseos. Asimismo, el interior de la rotonda en la que se encuentra el arco es peatonal y muy amplio, por lo que tendrás espacio de sobra para admirar su arquitectura y sus motivos decorativos desde una distancia segura.
Si quieres subir a la parte alta, ya sea en ascensor o a pie (284 escalones), tendrás que comprar una entrada. Con la entrada, podrás visitar el museo, la tienda de regalos y disfrutar de las incomparables vistas de la Avenida de los Campos Elíseos. Merece la pena visitar las calles aledañas, sobre todo a la caída de la tarde, cuando empieza a encenderse la iluminación.
La visita de la parte exterior del arco es totalmente gratuita. Los cuatro enormes pilares que soportan el ático forman un arco tan grande que un piloto pudo pasar por debajo con su avión en el año 1919. En 1920, se enterró allí el cuerpo de un soldado desconocido y en 1923 se colocó una llama eterna en conmemoración de todos los soldados que perdieron la vida en la Primera Guerra Mundial. Todos los días a las 18:30 tiene lugar el ritual para avivar la llama.
El arco es un homenaje a todos aquellos que lucharon por Francia, en especial, en las guerras napoleónicas. Las caras interiores y la parte superior incluyen detalles de las distintas batallas y los 558 generales que participaron en ellas. Cada uno de los cuatro pilares está decorado con una escultura en relieve. La más famosa es la La partida de los voluntarios de 1792 de Francois Rude. Representa a la gente del pueblo francés lista para defender su patria dirigida por la figura alegórica de la Libertad. Esta obra condensa el entusiasmo patriótico de la nación y se conoce como La Marsellesa, como el himno nacional.
Napoleón I encargó la construcción del arco tras su victoria en la batalla de Austerlitz en 1806. Prometió a su ejército que volverían a casa cruzando arcos triunfales, pero murió antes de que se completara su gran tributo en el año 1836.
El Arco del Triunfo se encuentra en el distrito número 16 de la orilla derecha de París. Está abierto todos los días, pero uno de los mejores días para ir a visitarlo es el 14 de Julio, el Día de la Bastilla. El desfile del Día de la Bastilla recorre la Avenida de los Campos Elíseos y una enorme bandera ondea en el centro del arco creando un colorido marco. Se puede acceder al monumento en autobús, metro, tren o a pie. Ir en coche puede resultar un poco más complicado porque será difícil encontrar aparcamiento.