Hoteles históricos en Arbós

Seguramente, los lugares históricos de Arbós ya formen parte de tu itinerario de viaje. Deja un tiempo para conocer todos los rincones de este destino en tus vacaciones.

Hotel Don Pelayo es un hotel de 3 estrellas disponible en Expedia que te encantará si te apasiona la historia y, además, cuenta con un restaurante y wifi gratis.

En Arbós hay 2 hoteles y otros alojamientos que puedes reservar en Expedia, pero no cuenta con muchos hoteles catalogados como históricos.

A pocos kilómetros podrás visitar lugares como estos: Castillo de la Santa Creu, Tobogán Calafell Slide y Campo de golf Pitch & Putt El Vendrell. También podrás ver Platja de Segur y Yacimiento arqueológico Ciutadella Ibèrica a pocos kilómetros.

Al reservar en un hotel histórico, podrás quedarte en un edificio reconocido por su valor histórico. Un palacio, un castillo, o incluso una antigua comisaría o una taberna pueden ser transformados en un hotel histórico, siempre que tengan cierta importancia. La arquitectura tradicional o la decoración de época que suele verse en los espacios comunes o en las habitaciones de este tipo de hoteles en Arbós crea una atmósfera muy característica.

“Hotel patrimonial” se usa más en algunas regiones, mientras que, en otras, “hotel histórico” es lo más habitual, aunque sus definiciones son similares. El edificio y la arquitectura suelen ser los aspectos más importantes de un hotel histórico. En el caso de los hoteles patrimoniales, el foco está en su valor cultural y su influencia en la comunidad.

En el interior del hotel encontrarás los servicios modernos y las medidas de seguridad que necesitas, aunque se hace todo lo posible por conservar la decoración tradicional y las fachadas originales. Los servicios e instalaciones que se pueden esperar de un hotel, como habitaciones privadas con baños cómodos, calefacción, aire acondicionado y conexión a internet de alta velocidad, también están disponibles en los hoteles históricos. No temas, reservar un hotel histórico en Arbós no significa alojarse en un lugar anticuado o incómodo.