En Dvigrad encontrarás una espléndida y espeluznante colección de ruinas, de lo que en su día fue una próspera ciudad medieval. Está abandonada desde hace más de 350 años. A pesar de su ubicación alejada y rural, los viajeros más curiosos se las ingenian para llegar a este impresionante lugar. Pasea entre estas fascinantes ruinas e intenta imaginar cómo debía ser la fortaleza en su época de mayor esplendor.
Explora el asentamiento fortificado y observa el desgaste producido por el tiempo en las estructuras de piedra. La ciudad empezó a prosperar durante la época del Imperio romano, hasta que Venecia se hizo con el dominio de la zona en el siglo XV. Durante uno o dos siglos, los ciudadanos de Dvigrad sufrieron toda una serie de devastadores incidentes. Hubo varios brotes de malaria y peste, así como asaltos y conflictos armados, que tuvieron graves repercusiones para los residentes de la ciudad. Finalmente la ciudad quedó completamente desierta.
En la actualidad, algunas partes de la ciudad están en ruinas y cubiertas de vegetación, pero aún se puede reconocer la estructura urbana, y muchas murallas y almenas se mantienen intactas. Intenta identificar los distintos elementos mientras recorres los caminos de tierra. Ante la ausencia de paneles informativos, deberás usar tu imaginación. Visita los restos de la iglesia de Santa Sofía, las impresionantes torres defensivas y los muros de piedra.
Durante el paseo, intenta imaginar esta ciudad en ruinas tal como era: un bullicioso centro de actividad y comercio. Sube hasta la cima de la colina para llegar al antiguo castillo. Desde aquí, podrás disfrutar de unas vistas espectaculares del valle de Draga.
Ten cuidado porque en los caminos suele haber rocas que se han desprendido de las estructuras. Probablemente te encontrarás con varios reptiles. Tal vez consigas ver algún lagarto descansando sobre las piedras calientes por el sol, o alguna serpiente no venenosas deslizándose entre la maleza y los arbustos.
Dvigrad se encuentra cerca de la ciudad de Kanfanar. Sigue los carteles que señalan el camino hasta Dvigrad, situada 23 kilómetros al este de Rovinj, al final de una carretera algo apartada. Ninguna de las líneas de transporte público de la zona tiene parada en Dvigrad, por lo que deberás ir en coche, en bici o a pie. La entrada es gratuita.