A pocos kilómetros de Catania y en una posición alta sobre la costa, Acireale recibe mucho menos turismo que otras ciudades cercanas. Es difícil entender por qué, ya que la ciudad cuenta con encantadores plazas repletas de edificios barrocos, baños termales y una bonita playa donde nadar en las inmediaciones. Toda esta calma desaparece en primavera, cuando se celebra el mayor carnaval de Sicilia.
Puedes empezar la visita en la Piazza del Duomo cerca del centro. Aquí encontrarás muchos lugareños tomando algo en las terrazas o de compras por el mercado, entre elegantes edificios barrocos. En el lado noroeste de la plaza se alza la catedral de Acireale, del siglo XVII. Admira las altas agujas gemelas y explora el interior de la catedral para descubrir varias capillas decoradas con elaborados murales. Al continuar tu paseo alrededor de la plaza, pasarás por la basílica de San Pedro y Pablo, y por el Palazzo Municipale. Ambos edificios son buena muestra del arte barroco, con portales y tallas impresionantes.
A pocos pasos en dirección encontrarás otra bonita plaza, la Piazza Lionardo Vigo. Su principal atracción es la fantástica basílica de San Sebastián. En la fachada podrás apreciar estatuas de personajes del Antiguo Testamento, mientras que el interior esconde coloridos frescos que narran la vida de san Sebastián.
Tras una mañana de turismo, nada como una tarde en la playa. Con un breve paseo podrás llegar a la localidad de Santa Maria La Scala. Nada en sus cálidas aguas o prueba el pescado fresco que sirven en los restaurantes con vistas al mar Mediterráneo.
Si viajas a Acireale en febrero, estarás de suerte. El carnaval de Acireale se celebra durante ese mes y dura tres semanas. Es uno de los más largos de Italia, con coloridas carrozas, música en directo y bailes.
Además de la época del carnaval, los veranos también son temporada alta en Acireale: pero gracias a su cálido clima mediterráneo es posible encontrar buen tiempo desde marzo hasta finales de octubre.