Si te gusta el café, no dudes en aprovechar una oferta de viaje a Puerto Rico para visitar la Hacienda Buena Vista. Prueba el café que se planta en ella e infórmate sobre la producción del café, tanto ahora como en el pasado. Esta granja cafetera tradicional, ubicada en el sur de Puerto Rico, es una de las mejores representaciones de esta industria centenaria. Cuando don Salvador de Vives fundó la granja en 1833, empezó por plantar fruta. Fue más adelante, aún en el sigloXIX, cuando se plantó en ella café por primera vez. La Hacienda Buena Vista se consolidó durante la época del auge del café, en la década del 1880. Durante los cincuenta años siguientes, la granja se consideró una de las mejores productoras de café del mundo, con exportaciones a Estados Unidos, Europa e, incluso, el Vaticano. Actualmente, los que visiten la Hacienda encontrarán 35hectáreas (87acres) de tierra de cultivo fértil, una serie de edificios históricos restaurados y un museo dentro de la propia Hacienda.
Empieza la visita a la granja por el museo para descubrir la fascinante historia de la familia de Vives y la granja que dirigía. En el museo se exponen fotografías antiguas, máquinas de la granja y una descripción del proceso de producción del café. Prueba los cafés de cultivo local procedentes de las granjas cercanas, elaborados por los anfitriones, antes de comenzar la visita de dos horas alrededor de la finca.
Pasearás por la selva mientras el guía de la visita te lleva al sistema hidroeléctrico que se construyó para suministrar electricidad a la granja. Conoce la máquina despulpadora y descascarilladora, un edificio de madera de dos plantas totalmente restaurado por el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico. Toda la maquinaria que se empleaba en el proceso de producción se ha restaurado cuidadosamente y, actualmente, es un monumento a la historia de la granja.
La Hacienda Buena Vista se encuentra en las colinas que hay detrás de Ponce, en la costa sur de Puerto Rico. A la granja solo se puede llegar en coche y dispone de mucho espacio para aparcar. La granja solo abre los fines de semana y es necesario reservar: asegúrate de llamar antes. Es necesario pagar una pequeña entrada.