Esta grandiosa propiedad sureña, que pasó de ser un humilde puesto fronterizo a una hacienda señorial, es un pedazo de los inicios de la historia de Estados Unidos.
Esta hacienda, además de constituir el arquetipo de la clase y el encanto sureños, es un paraíso para los amantes de la historia, el vino y la gastronomía.
A pocos metros de los tradicionales bares honky-tonk, una réplica muy querida del templo griego más famoso es el máximo exponente de la cultura de la ciudad.
Este espectáculo es el orgullo y deleite de los residentes de Nashville, además de un lugar sagrado para los seguidores de la música country de todo el mundo.