Únete a los miles de residentes que vienen aquí cada año a homenajear a las víctimas de la guerra. En el museo obtendrás información detallada sobre los participantes en la sangrienta batalla de Okinawa y podrás contemplar el luminoso Monumento de la Llama Eterna y la espigada torre blanca del Salón de la Paz de Okinawa.
El parque se construyó durante los pasados años setenta en recuerdo de las 240.000 personas que murieron en 1945, en los últimos días de la guerra del Pacífico. Su objetivo es promover la paz dando a conocer los trágicos eventos a los que hace referencia. Pasea por los amplios jardines y fíjate en la sencilla arquitectura del recinto, que proporciona un entorno tranquilo y agradable.
Después, dirígete al Salón de la Paz de Okinawa, presidido por una deslumbrante torre blanca de 45 metros de altura que representa la esperanza de alcanzar la paz mundial en el futuro. Desde aquí, sigue por el sendero bordeado de árboles conocido como Pilar de la Paz. Esta avenida curva está bordeada de piedras grabadas con los nombres de los que perdieron la vida durante la batalla.
El trayecto pasa junto a la majestuosa Llama Eterna, una gigantesca antorcha metálica situada en el centro de un estanque de agua cristalina que se encendió con las llamas de las antorchas de las dos ciudades japonesas que sufrieron los ataques nucleares de la Segunda Guerra Mundial. Rinde homenaje a las víctimas tal y como lo han hecho los dignatarios extranjeros de todo el mundo a lo largo de los años.
Después, visita el amplio museo y sus exposiciones, con historias de los okinawenses que vivieron los años del conflicto y los duros tiempos que le siguieron. Si viajas con niños, llévalos a las exposiciones interactivas de la planta baja del museo. Mientras se divierten, ahí aprenderán la importancia de la paz mundial.
El Parque Conmemorativo de la Paz se encuentra en la colina Mabuni, a una media hora en coche al sur de Naha. Hay que pagar una entrada mínima para acceder al museo, que abre todos los días.
