Las islas de Escocia son más de 700, cada una de ellas ofrece un patrimonio único y una experiencia cultural diferente. Viaja de una isla a otra, para descubrir lugares como las islas Orcadas, de influencia nórdica, o las destilerías de whisky escocés de Islay.
Con más de 70 islas, Orcadas es un magnífico archipiélago conocido por su abundante fauna y su rica historia. Intenta divisar el topillo de las Orcadas, un pequeño roedor que solo se encuentra en este archipiélago. Las Orcadas son además un auténtico paraíso para los amantes de las aves, que podrán observar gaviotas de patas negras, frailecillos, fulmares y muchas otras especies. Visita Skara Brae, una de las aldeas neolíticas mejor conservadas del norte de Europa, y las rocas de Stenness, un circulo de piedras y una piedra vigía cuyo origen se remonta al 3000 a.C.
La espléndida isla de Skye es la segunda isla más grande de Escocia y uno de los principales destinos turísticos del país. Además de escarpadas montañas, preciosos páramos, acantilados azotados por el viento y castillos antiguos, esta fascinante isla es conocida por su excelente panorama gastronómico. Prueba el marisco fresco y la cerveza local, además de las carnes y la carne de caza de las cañadas y las montañas de la región.
A menudo se describe la isla Arran como una Escocia en miniatura, debido a la diversidad de paisajes que ofrece, propios tanto de las Tierras Altas como de las Tierras Bajas. La mejor forma de descubrir la espectacular belleza natural de la isla es a pie o en bicicleta. Sube a Goatfell, el pico más alto de la isla, a 874 metros, o sigue el sendero Arran Coastal Way, que atraviesa cascadas, acantilados, playas y cuevas.
La isla de Islay es la indiscutible capital del whisky y cuenta con ocho destilerías. Si realizas una visita guiada de una de las destilerías podrás descubrir todos los secretos de la elaboración del whisky tradicional, además de degustarlo: los whiskies de Islay son famosos por su intenso sabor ahumado.
Hay muchas formas de viajar a las islas de Escocia, dependiendo de las islas que prefieras visitar y el tiempo que tengas a disposición. Para llegar a las islas más remotas, lo más cómodo es el avión, pero moverse en ferri de una isla a otra permite disfrutar de una experiencia más completa.