A principios de la década de 1990, el arquitecto Ingimundur Sveinsson creó una impresionante atracción turística apoyando una cúpula de vidrio y metal sobre los seis tanques de agua caliente de la ciudad. La estructura incluye una gran sala de exhibiciones, un restaurante giratorio y una plataforma con vista panorámica de 360grados.
Cinco de los seis tanques de aluminio almacenan el agua caliente de la ciudad, más de 4 millones de litros en cada uno. El agua caliente se bombea a través de la estructura metálica a la cúpula en invierno para calentar el edificio, mientras que en verano se refrigera con agua fría. Es una increíble obra de ingeniería.
En el interior de la cúpula se encuentra el Jardín de Invierno, un gran espacio abierto que aloja exhibiciones, conferencias y conciertos. En la quinta planta se ubica el famoso restaurante Perlan. Reserva una mesa y disfruta de la cena y de la maravillosa vista panorámica de 360grados el restaurante tarda dos horas en dar una vuelta completa. En la planta baja, una fuente expulsa chorros de agua cada cierto tiempo para simular los géiseres islandeses.
No te pierdas las vistas desde la plataforma hexagonal exterior, que tiene un telescopio panorámico en cada una de sus seis esquinas. Tras disfrutar de las espectaculares vistas, pásate por las tiendas de regalos, productos gourmet y artículos navideños de la cuarta planta.
Uno de los tanques se ha reconvertido en el Museo Saga. En él se recrean importantes momentos de la historia de Islandia con figuras de cera de tamaño real. Toda la vestimenta, las armas y los objetos se han recreado con métodos auténticos de la época. Los escultores modelaron las figuras de cera tomando como modelos residentes de Reikiavik, por lo que no sería extraño que veas rostros conocidos por las calles de la ciudad.
Perlan se encuentra en Öskjuhlíð, un espacio verde que se ha replantado de árboles. Explora sus rutas para senderistas y ciclistas o sigue el camino colina abajo hasta la Playa geotérmica de Nauthólsvík.
Perlan y el Museo Saga abren todo el año. Hay que pagar entrada para el Museo Saga. Se puede llegar hasta Perlan a pie desde el centro de la ciudad o en autobús.