Mientras exploras las calles laberínticas del casco antiguo de Pamplona, descubrirás pequeñas plazas rodeadas con obras maestras arquitectónicas. No te hace falta ningún mapa, ya que lo divertido es perderse entre estos edificios centenarios y descubrir restaurantes únicos y tiendas de lo más pintorescas. El casco antiguo se remonta a la época medieval y se encuentra en el punto más alto de la meseta en la que se alza la ciudad.
Un buen lugar para empezar la ruta es la plaza del Castillo, en la que antiguamente se celebraban corridas de toros. Actualmente, es un popular punto de encuentro en el que se suelen organizar muestras, mercadillos y desfiles. Cuando necesites un descanso, siéntate en la terraza de un bar y pide algunas tapas mientras contemplas los pórticos y los balcones de estos edificios que datan del sigloXVIII. Desde la plaza salen varias calles en todas las direcciones que te conducirán a otros lugares de interés. Entre otros, están el ayuntamiento de Pamplona y el palacio de Navarra.
No olvides reservar algo de tiempo para visitar la fascinante variedad de iglesias de la zona. La catedral de Pamplona tiene una fachada neoclásica, pero el interior es de estilo gótico. Otro lugar muy marcado por el estilo gótico es la iglesia de San Nicolás, construida en el sigloXIV. También están las iglesias de San Saturnino y San Lorenzo. Para conocer más a fondo la historia de las fortificaciones de la ciudad, dirígete al Centro de Interpretación de las Fortificaciones de Pamplona.
En los bares y restaurantes podrás degustar platos regionales como el gorrín asado y la birika, un embutido elaborado con el corazón y los pulmones del cerdo. Ernest Hemingway solía frecuentar el Bar Txoko y el Café Iruña, ambos en la plaza del Castillo. Por último, puedes ver un espectáculo en el Teatro Gayarre.
El mejor momento para reservar viajes a Pamplona y disfrutar de una experiencia única en el casco antiguo es en julio, durante las fiestas de San Fermín. Durante los encierros diarios, verás cómo los participantes corren por la calle Estafeta. Después, asisten a una corrida de toros en la plaza de toros de Pamplona. Durante las fiestas, también se organizan desfiles de disfraces, muestras de deportes vascos y fuegos artificiales.
Muchas de las calles se cierran al tráfico, así que se puede recorrer el casco antiguo tranquilamente a pie. Hay varias líneas de autobuses públicos que conectan la ciudad con los barrios de la periferia. No obstante, te recomendamos que te alojes en uno de los hoteles de la zona para estar a un tiro de piedra de la acción.