El hotel, en general, deja mucho que desear. La limpieza es muy deficiente, todo está bastante sucio. La habitación de cama matrimonio es tan pequeña que solo tiene una especie de taburete como mesita de noche, solo uno porque dos no caben. No hay armario solo un perchero de pared del que cuelgan algunas perchas para colocar la ropa.
El desayuno muy regular, pero lo peor es el comedor, un sótano, sin ventilación, con dos mesas largas, donde algun dia tuvimos que esperar porque estaba todo ocupado y no había asientos libres, también a que alguien terminara su café y fregaran su taza porque no había disponibles en el momento en el que bajamos a desayunar. Nos dieron la última habitación, así que pudimos ver donde guardan las sábanas y las toallas... ¡en el suelo, en los últimos escalones de la escalera! Hice una foto para demostrarlo.
En ese hotel ¡NUNCA MAS!