La Haya esconde innumerables joyas culturales, desde museos llenos de obras maestras hasta edificios que antaño fueron palacios y residencias de la realeza. Además, a los amantes de la naturaleza les encantarán sus extensos parques y su larga playa de arena.
Esta orgullosa ciudad holandesa, cuyo nombre oficial es ‘s-Gravenhage, es más conocida como Den Haag (La Haya). Además de ser la capital de la provincia de Zuid-Holland, en ella tienen también su sede el Tribunal Internacional de La Haya y el Parlamento holandés. El toque moderno de esta histórica ciudad lo aportan su arquitectura contemporánea y su oferta de boutiques, restaurantes exóticos y discotecas futuristas.
Además, la ciudad cuenta con una buena red de tranvías y autobuses con los que te será muy fácil moverte sin necesidad de coche. Un sitio ideal para hacer una primera parada es el parque de miniaturas Madurodam, pues permite conocer muchos de los principales edificios e inventos del país.
Si quieres disfrutar de La Haya a vista de pájaro, puedes subir en el ascensor de cristal panorámico del rascacielos Haagse Toren hasta la última planta, la 41, donde además te espera un restaurante perfecto para tomarte una copa, aunque también puedes hacerlo en los bares que hay alrededor de la Plein y la Grote Markt, las dos plazas céntricas de la ciudad.
Alza la vista hacia la histórica torre del Binnenhof del centro de La Haya, lugar de trabajo del primer ministro holandés. El patio de este complejo palaciego es de acceso público y se ofrecen visitas guiadas por sus dependencias. Pasea ante los edificios que jalonan la histórica avenida arbolada denominada Lange Voorhout, que antaño fueron palacios y mansiones.
Tampoco debes dejar pasar la oportunidad de ver las obras maestras de dos pintores holandeses de renombre mundial: La joven de la perla, de Vermeer, y Victory Boogie Woogie, de Mondriaan. El Vermeer es solo una de las obras de los grandes maestros holandeses que pueden admirarse en la histórica galería Mauritshuis. Para ver el Mondriaan y otras obras famosas de arte contemporáneo europeo, visita el impactante Gemeentemuseum.
Si hace sol, haz como los hayenses y acércate hasta los parques o la playa. La rosaleda del extenso Westbroekpark y el jardín japonés del Park Clingendael son magníficos espacios para acercarse a la botánica. Otro lugar fantástico para pasear es la playa de Scheveningen, donde podrás contemplar la puesta de sol e irte de fiesta tras el ocaso.
Para llegar a La Haya, puedes volar hasta el Aeropuerto de Róterdam La Haya y tomar desde allí un tren o un autobús de enlace hasta el centro. También existe la posibilidad de hacerlo en tren mediante la red ferroviaria internacional y la de los Países Bajos.