Situada entre las montañas y el mar, Keelung es una de las ciudades más interesantes y bulliciosas de Taiwán. Aquí encontrarás el mercado de pescado más antiguo del país. Acércate a su ruidoso puerto, donde centenares de barcos de pesca entran o salen a faenar a diario. Explora también templos y fuertes llenos de historia, y prueba la gastronomía local en el famoso mercado nocturno de Keelung.
Esta ciudad es famosa por el mercado nocturno de Miaokou, con puestos, sobre todo, de comida callejera. Limpio y accesible, aquí encontrarás una oferta gastronómica con información en japonés, inglés y chino para viajeros de otros países. Déjate llevar por el bullicio del mercado mientras saboreas un bocadillo frito, una especialidad local rellena de tomate, jamón, huevo, pepino y mayonesa.
Si no te importa madrugar, visita también el mercado de pescado de Kanziding, uno de los más antiguos del país. Allí podrás ver el regateo de precios entre pescaderos y restauradores.
Sube también la empinada escalera que lleva al Fuerte Ershawan, una construcción bien conservada del siglo XIX que protegió a Taiwán durante la primera guerra del Opio. Contempla las esculturas de dragones y leones del templo de Qing’an, con más de 200 años de antigüedad.
Y no te pierdas el antiguo templo subterráneo de la Cueva de la mano de Buda, donde podrás ver la huella de una mano gigante en el techo. Si quieres disfrutar de impresionantes vistas de la ciudad y el puerto, sube a lo alto de la estatua blanca de Guanyin. Después, cruza el puente que conecta la ciudad con la isla Heping para contemplar unas extrañas formaciones rocosas.
Uno de los mejores momentos para visitar Keelung es durante el Festival de los fantasmas, un evento anual que se celebra en agosto o septiembre. Durante todo un mes se realizan actividades muy diversas, como depositar farolillos en el mar, o actuaciones de artes tradicionales, procesiones ceremoniales y otras celebraciones culturales.
Keelung está a menos de una hora de Taipéi en autobús o tren. El centro de la ciudad es pequeño y puede recorrerse a pie. Este diseño tan compacto contrasta con las inmensas extensiones urbanas de la mayoría de ciudades de Taiwán.