Como ya hemos mencionado, la ciudad se divide en dos zonas: Bergamo Alta, en la cima de una colina y cercada por recias murallas de piedra, y Bergamo Bassa, que se extiende sobre las llanuras circundantes. La mejor forma de verlo todo es empezar desde abajo e ir subiendo hacia el antiguo corazón noble. En la parte norte de Bergamo Bassa se encuentra la Accademia Carrara, un edificio neoclásico que mandó construir Giacomo Carrara que aloja una de las galerías de arte más importantes de Italia. Tras visitar la Accademia, dirígete a la Via San Tomaso. Esta calle fue en otros tiempos la carretera principal que llevaba a Val Seriana y Val Brembana. En Via Pignolo podrás contemplar edificios de los siglos XVI y XVII, y echar un vistazo a sus elegantes patios. Si sigues recto por allí, llegarás a las iglesias de San Alejandro de la Cruz, San Bernardino y Santo Espíritu, esta última del siglo XIV. Cuando apriete el hambre, haz una parada en el famoso Ristorante Vittorio. Basta decir que sus platos están a la altura de su fama. Si aprovechas los paquetes de vacaciones en Bérgamo en verano, podrás disfrutar de la comida en la terraza.
Después del festival culinario, el itinerario continúa por la Piazza Matteotti. En su extremo sur, Largo Porta Nuova, el bulevar Sentierone discurre a través de una abertura practicada en las murallas de la ciudad. El bulevar se creó en el siglo XVII para conectar las zonas este y oeste. Se renovó en los pasados años veinte y, en la actualidad, es el mejor lugar de Bérgamo para dar un paseo. El Sentierone culmina en la fachada barroca de la iglesia de San Bartolomé, que alberga la obra “La Virgen y el Niño con los santos”, de Lorenzo Lotto. En la cercana Via Sant'Alessandro se encuentra la iglesia de Sant'Alessandro in Colonna, con obras maestras de Lotto, del Bassano y del Romanino. Más allá, podrás visitar Artificio, una peculiar tienda de regalos llena de piezas únicas hechas de materiales recuperados y reciclados. Desde allí, puedes empezar a descubrir el casco viejo de Bérgamo con un paseo por la Piazza Duomo y la Piazza Vecchia. Te recomendamos hacer una parada en el histórico Bar del Tasso, en Piazza Vecchia, un lugar muy especial si tenemos en cuenta que lleva en pie la friolera de quinientos años.
Ahora sí, prepárate para adentrarte en el corazón de Bérgamo, que late en sus plazas más célebres. La Piazza Vecchia y la Piazza Duomo, aún más antigua, están muy cerca la una de la otra, bajando por Via Donizetti, donde se encuentra un ejemplo auténtico de hogar renacentista: la Casa dell'Arciprete, con una decorativa fachada de mármol. En la distancia, podrás ver la Piazza del Duomo. Elegante y sorprendentemente asimétrica, esta plaza acoge el Duomo, símbolo del poder religioso, y testigo de intrigas y disputas. A un lado se alza la capilla Colleoni, que ordenó construir el líder bergamasco Bartolomeo Colleoni entre 1472 y 1476 como mausoleo para él y su hija Medea. Desde la plaza podrás ver también el lateral izquierdo de la basílica de Santa Maria Maggiore, que ha conservado su fachada románica original. Sin salir de la Piazza del Duomo, en el jardín del Vescovado, puedes visitar el Baptisterio octogonal, que construyó Giovanni da Campione a mediados del siglo XIV.
La Piazza Vecchia está situada junto a la Piazza del Duomo. En el pasado era la sede y el símbolo del poder cívico. En el centro hay una fuente que donó el alcalde veneciano Contarini. El edificio más antiguo de la Piazza Vecchia es el Palazzo della Ragione, del siglo XII. Presenta un balcón central y un ventanal que ostenta el León de San Marcos, obra de Pietro Isabello, un maestro de la arquitectura renacentista local. A la derecha verás la Torre del Comune, que se ha modificado en numerosas ocasiones, sobre todo su parte superior. Visita también el Palazzo Nuovo del siglo XVI, que en la actualidad aloja una importante biblioteca, y el Palazzo del Podestà Veneto, sede de la Universidad de Bérgamo.