El Palacio de Schönbrunn, uno de los mayores edificios de estilo rococó de Austria, recibe millones de visitas al año y ha sido declarado patrimonio de la humanidad. Ven a admirar la lujosa decoración de los apartamentos que pertenecieron a Francisco José, María Teresa y otros miembros de la aristocracia austriaca. Después podrás dar un paseo por el amplio parque barroco que hay detrás del palacio. A los niños les encantará el laberinto y zoológico del siglo XVIII.
Las 120 hectáreas que forman el Palacio de Schönbrunn y sus jardines pertenecieron a los Habsburgo durante seis siglos. El emperador Maximiliano II adquirió los terrenos para utilizarlos como coto de caza y Leopoldo I encargó el gran palacio. Durante el reinado de María Teresa, la emperatriz de Austria en el siglo XVIII y madre de la reina María Antonieta de Francia, se realizaron ampliaciones a la estructura barroca original.
Para explorar el interior del palacio es necesario unirse a una visita guiada, que te permitirá viajar atrás en el tiempo. De las 1441 salas, solo 40 están abiertas al público. Hay varios tipos de visitas guiadas: puedes optar por ver todas las habitaciones o concentrarte en algunas. Echa un vistazo a la Sala de los Millones y admira la decoración de porcelana del Gabinete Chino. Las demás salas accesibles al público están adornadas con elegantes frescos, muebles de precio incalculable y numerosos objetos decorativos exquisitos.
Reserva unas cuantas horas para pasear por los jardines y relajarte junto a sus fuentes. Para disfrutar de unas vistas magníficas, dirígete a la Glorieta, construida sobre una pequeña colina. En la cafetería podrás comprar una bebida fresca para recuperar energías, y en las inmediaciones encontrarás una réplica de unas ruinas romanas, decorada con flores.
Si viajas a Viena con niños, les encantará el zoológico de Schönbrunn. Inaugurado en 1752, es el zoológico más antiguo del mundo que sigue en funcionamiento. Lleva a tu familia al laberinto real y, cuando encuentres la salida, entra a la Casa de las Palmeras para admirar algunas de las palmeras cultivadas en interiores más grandes del mundo.
El palacio de Schönbrunn está a seis kilómetros del centro de Viena y puedes llegar fácilmente a través del transporte público. Abre todos los días y la entrada es gratuita, aunque se paga una entrada para el palacio, el zoológico y a otras atracciones.