Si quieres disfrutar de vistas espectaculares y llevarte recuerdos inolvidables de la extraordinaria costa de Lanzarote, incluye en tu itinerario una parada en el Mirador del Río. Se trata de un rincón situado en la cima del Risco de Famara, en el norte de la isla, que ofrece vistas panorámicas del estrecho del Río y la isla de La Graciosa.
Este lugar era extremadamente importante para los antiguos habitantes de Lanzarote, ya que servía de puesto de observación para avistar embarcaciones que intentaban atracar de forma clandestina. El célebre artista del siglo XX César Manrique reinventó la zona y construyó la cafetería y el bar, de cuidado diseño arquitectónico, en la cima del acantilado. Durante la visita, fíjate en el estilo característico de Manrique, que suele definirse por una relación complementaria entre arte y naturaleza.
Observa también la ubicación del Mirador del Río debajo de una escultura de hierro forjado, también del artista. Su diseño representa tanto un pez como un pájaro e intenta transmitir la importancia dual del agua y el aire en el paisaje de Lanzarote.
El mirador está situado a una altura de 475 metros sobre el nivel del mar, en lo alto de un acantilado de silueta escarpada. Dividido en dos niveles, ofrece distintas perspectivas de la zona y permite examinar la irregular geografía de la isla de La Graciosa o disfrutar de los matices rojos que surgen de las salinas del Río. Mira hacia abajo y déjate sorprender por las vistas de vértigo de la pared vertical del acantilado.
Después, dedica unos momentos a contemplar el diseño de la cafetería, que emplea piedra sin pulir en las paredes para mimetizar la estructura con el entorno de roca volcánica y proporcionar una experiencia arquitectónica distinta. Elige un sitio en el interior y disfruta de un café con las bellas vistas del océano a través del ventanal panorámico. En el bar también se sirven cócteles deliciosos.
Antes de marcharte, quizá te apetezca pasarte por la tienda de recuerdos y comprar algo para llevarte a casa.
El Mirador del Río está situado en la costa norte de Lanzarote, a media hora en coche desde Arrecife. Puedes llegar en autobús como parte de una excursión o en coche de alquiler. Si escoges la segunda opción, dispones de aparcamiento debajo del acantilado. El mirador abre todos los días y la entrada es de pago. Reserva una hora para la visita.